"Los hijos de la migración no necesitamos ser salvados,
somos la salvación "
Louisa Yousfi
Tengo más de un cuarto de siglo estudiando el fenómeno migratorio. Para adentrarme en el tema busqué las enseñanzas de los mejores maestros, como el finado y entrañable doctor don Jorge Bustamante Fernández, presidente fundador de El Colegio de la Frontera Norte (El Colef) además de padre de los Grupos Beta, que tantas vidas han salvado y del Programa Paisano entre muchas otras joyas. Por merecimiento propio, recibió el Premio Nacional de Derechos Humanos, por sus monumentales aportaciones.
Igualmente me aleccionó con gallardía "todo terreno" el maestro José Ángel Pescador Osuna, cuando lo conocí siendo subsecretario del ramo en la Secretaría de Gobernación (SEGOB) a finales de los años 90's, previo a desempeñarse como secretario de Educación y cónsul general de México en Los Ángeles en dos ocasiones, donde todavía se le recuerda con gran cariño y mayor respeto.
Por supuesto los excancilleres doctor Jorge G. Castañeda y el doctor Luis Ernesto Derbez Bautista, al igual que don Andrew Sealey, majestuoso columnista de nuestra casa editorial El Universal −similar a Castañeda− y gran conocedor de la materia con una vista desde "aquel lado" con profundo y sensible sentido humanista, sin dejar de lado a los exintegrantes del Departamento de Estado de la Unión Americana don Andrew Erickson y don William Ostick y, más recientemente, la querida doctora Eunice Rendón Cárdenas que igualmente publica en estas páginas de forma semanal, cerrando el cuadro el apreciado licenciado don Alejandro Encinas Rodríguez
que apenas entregó la oficina sobre el tema migratorio a quien, por cierto, también leemos aquí.
Pues bien queridas amigas, apreciados amigos, distinguidos lectores, esta breve introducción es el preámbulo de una imperdible entrevista que recién leí el mes pasado en El País Semanal de España, que no tiene el menor desperdicio, mereciendo totalmente la pena no solo su lectura, sino su reproducción absoluta con el permiso del entrevistador, el periodista don Íñigo Domínguez y la entrevistada doña Louisa Yousfi, cuando nos obsequia las razones y motivaciones de su más reciente obra literaria bautizada con el título que encabeza esta entrega Seguir siendo bárbaro donde aborda nuestro apasionante fenómeno de forma magistral, espero la disfruten plenamente tanto, como el escribiente...
Entrevista
La periodista ha interrumpido en el debate en Francia con un libro en el que defiende que las personas de origen foráneo no solo no deben renunciar a sus raíces, sino que han de ensalzarlas.
Louisa Yousfi (1988, Cannes), periodista y crítica literaria, irrumpió en 2022 en el debate político en Francia sobre la inmigración y el pensamiento decolonial, con un ensayo breve pero contundente, hasta en el título: Seguir siendo bárbaro, que ahora Anagrama publica en España. Ese seguir siendo bárbaro se refiere a buscar las propias raíces de la identidad y no renunciar a ella, es más, ensalzarla como bandera, como respuesta a lo que considera un proyecto de integración fallido en su país. Desde este mes está en Roma, becada en la hermosa Academia de Francia Villa Médici, cerca de Piazza di Spagna, donde trabaja en un nuevo libro.
Pregunta. ¿Es difícil seguir siendo bárbaro aquí, en un lugar como Villa Medici?
Respuesta. Ya, es una paradoja (ríe). Es como una contradicción que ya existe en lo que hablo, los bárbaros son los descendientes de la migración poscolonial, los negros y los árabes en Francia. Han sido domesticados, pero no están integrados. Hay nudos, conflictos existenciales, políticos en los que estamos atrapados. Pero aquí soy libre para escribir lo que quiera, claro.
P. Usted describe una ira muy profunda, una Francia a punto de estallar, dividida entre ellos y nosotros. ¿Es así?
R. Sí, y cada vez más. Basta con mirar la situación política. En las elecciones presidenciales, Marine Le Pen, el fascismo, puede llegar al poder. Tenemos una población que tiende a ser racista, impulsada por una ideología ambiental que se radicaliza. La zona de fricción no es explicita, o es entre blancos y no blancos, pero en todo caso pasa por el islam. En esto no hay ningún tabú. Se puede decir que los musulmanes son una amenaza para el país, para la civilización. La islamofobia es un racismo respetable porque tenemos derecho a criticar las religiones, ha habido atentados... Y es pura fantasía que haya un islamismo rampante en Francia.
P. ¿Esa división entre ellos y nosotros es entre todos los blancos y todos los demás, o hace distinciones?
R. Claro que tengo amigos blancos que luchan a nuestro lado. La cuestión no es culpabilizar a la gente. El enemigo es la forma en que la sociedad se ha constituido históricamente. Tenemos una extrema derecha tan fuerte también porque Francia es el país con más musulmanes de Europa. De ahí la teoría del Gran Reemplazo. Es cierto que somos una fuerza demográfica. No una amenaza, pero sí una fuerza que, si se estructura políticamente a escala masiva, puede ser una amenaza real para el poder. El movimiento decolonial inició una estructuración del potencial revolucionario de la población migrante que puede ser devastador para la derecha y también para la izquierda...
Continuará.
Hasta siempre, buen fin.