Gustavo Adolfo Almaraz Montaño, mi " Querido Ruco ", llegó a sus primeros 75 años de bendita y feliz vida al arranque de este 2022, que rezamos para que se siga mejorando y nos brinde sobre cualquier otra cosa, salud a todas y todos. Sabía que tenía que ser una ocasión muy especial la que me llevaría por primera vez a Valle de Bravo, sitio que no conocía y no por falta de ganas y mucho menos por necesidad de invitaciones, lo mismo de mis queridos primos los Salazar Richard, mi adorada Comadre Valentina Ortiz Monasterio o mi amigo entrañable Luis Miguel Pando desde hace más de 40 años. Realmente sentía que la ocasión tenía que ser muy especial, como se gestó en el fin de semana del 21 de este recién concluido mes de enero. Una de las razones por las que dudaba de mi visita, es por la clásica expresión " cuando vayas a Valle, te tienes que quedar en la casa " . No sé si a ustedes queridas amigas, apreciados amigos, les resulte muy fácil dormir en la casa de algún amable y cariñoso o cariñosa anfitriona, para su servidor no, no es sencillo y miren que más de 200 días por año, basado en razones de trabajo duermo en camas de hotel, lo cual se ha convertido en una verdadera delicia y una costumbre que disfruto plenamente desde hace más de 25 años. Por lo que cuando finalmente recibí la cariñosa invitación y demandante citación del " Tavo ", con la exigente convocatoria de " no puedes faltar Gordo, son mis setenta y cinco y es solo la familia; mis hijos Renee Mari, Gustavo y Luisa Fernanda, nietos, hermanas y Rosy, el amor verdadero que encontró para disfrutar, como ninguno, en los últimos años, al igual que el tío Alberto de Serrat / En el final del camino / Te espero la sombra fresca / De una piel dulce de 20 años / Donde olvidar los desengaños / De diez lustros de amor / y supongo otras cosas más, que suerte de viejo y afortunado varón. Pues con ese pretexto salí por la mañana de la Ciudad de México, con más dudas que certezas, consciente que difícilmente lo disfrutaría plenamente. En esta breve divagación y antes de regresar al título " Almaraz " tomó la espléndida oportunidad para resaltar mi miopía y mi limitación, difícilmente como bien se señala eventualmente, pocos espacios cumplen con nuestras expectativas como; El Gran Cañón o Las Cataratas del Niágara, aquí simplemente, entre Valle de Bravo, Los Colorines y Avandaro, superaron y me encantaron esos espacios maravillosos a los que pienso regresar en breve y que conocí gracias a mi " Ruco Querido ". Por cierto no dormí en su increíble casa de espectaculares ventanales y mágicas vistas al lago, quedé aposentado en un espacio místico llamado El Santuario, digno de otra columna, hasta ahí el comentario y me voy con los Almaraz. Casi siempre el título de mi entrega semanal me marca, me da la pauta para escribir el resto de mi columna, en esta particular entrega me tomó varios minutos dilucidar cómo abordar a Gustavo, parte central de mi colaboración de hoy, pero sin menoscabo de Don Gustavo - Su Padre - gran amigo del mío ( ambos de pocos y contados amigos en Tijuana ) Doña Gloria - Su Madre - y sus cuatro hermanas; María Elena, Alma, Gloria y Berenice mi amiga personal desde la infancia, todas ellas son mujeres muy bellas , bonitas, elegantes, de una gran presencia, llamativas, realmente hermosas; además de sus cuñados Michel Boutrous, espléndido anfitrión y Felipe Chapula ( hombre gallardo y fino como pocos de quien ya publicaremos más adelante ), en fin, había, hay tantos ángulos, recuerdos y lazos que nos unen a " Los Mora con Los Almaraz ", que pensé en el título como Familia Almaraz o Los Almaraz o incluso, Las Almaraz y Su hermano, sin embargo hoy me van a tener que dispensar todos y todas y solo me concentraré en Gustavo, mi guía chilango ( por cierto ni siquiera nació en Tijuana y no podría ser más tijuanense ) y métrica en la lógica de los " conquistadores reales " de la capital de nuestro País. Como todas las viejas familias oriundas de nuestra tierra, nos conocemos de toda la vida, desde el kínder, la primaria, Gustavo por cierto, estudio con mi tía Gloria, la hermana menor de mi amada Madre. Por esto, cuando llegué a la dirección general de CONCANACO, a principios de siglo, su llamada telefónica no me sorprendió de ninguna forma, al contrario, la esperaba e inevitablemente la agradeceré permanentemente su incondicional apoyo. El reto personal era monumental, sin límites ni alcances realizables posibles, curiosamente, los éxitos, los resultados concretos se fueron abonando, creciendo, quisiera resaltarlos uno por uno, jamás los olvidare, este espacio es pequeño para enumerarlos pero resulta imposible, comparado con lo que significa y significó el apoyo y consejo de Gustavo, en mi vida, en mi desempeño profesional, sin su guía totalmente desinteresada, jamás hubiera logrado las metas y resultados que alcancé. Por otra parte, en lo personal, en lo íntimo, como confidente, como ser humano, como Padre, Esposo, Abuelo ( todos con mayúsculas ) francamente no tiene límites, aún hoy que la vida le ilumina el camino y lo coloca en nuevos niveles y espacios de superación. A don Gustavo Adolfo Almaraz Montaño, le agradeceré hasta la posteridad haber sido parte de mi vida, pero sobre todo el que me haya permitido el infinito honor de ser parte de la suya. Larga vida, que te la haz ganado " RUCO QUERIDO " happy birthday to you!
Hasta siempre, buen fin.