Esta semana, la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP), El Colegio de México (COLMEX) y el Instituto Mexicano de Estudios Estratégicos en Seguridad y Defensa Nacionales (IMEESDN), organizaron el Seminario Internacional “El Futuro de la Seguridad y el Desarrollo de América del Norte”, que inauguró en las instalaciones de la antigua sede del Colegio Militar en Popotla, el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, el Dr. Leonardo Lomelí Vanegas, con el propósito de analizar las prospectivas de la región en un contexto de profundos cambios políticos y un reacomodo geopolítico de las potencias hegemónicas.

En el primer día del seminario, el embajador de Canadá en México, Graeme C. Clark en una charla amena con Leonardo Curzio y la embajadora mexicana en retiro Roberta Lajous, llamó la atención sobre la condición de aliados de nuestros dos países en el proceso de renegociación del acuerdo comercial de Norteamérica en 2026 con Estados Unidos y que sus dimensiones tienden a ser mayores, incluyendo los temas de cooperación en materia de seguridad, movilidad de personas y desigualdad social en las Américas, con un visión no centrada solamente en la región.

Sin embargo, el embajador canadiense también destacó el riesgo de la separación de los procesos de negociación en dos bilaterales, como lo intentó Trump en 2017, que sustituya a la trilateralidad, la inconveniencia de que el presidente electo estadounidense logre aislarnos y enfocar la agenda en la migración y la delincuencia organizada, con México, o el financiamiento de la OTAN, con Canadá, bajo la amenaza de imponer aranceles y aumentar el proteccionismo comercial.

Este riesgo es real. Los radicales políticos en los tres países van en aumento y ganan espacios electorales y el aislamiento y la confrontación son, con frecuencia preocupante, parte del discurso en las campañas. Los sentimientos antiestadounidense y antimexicano existen y la entropía del poder hegemónico es mayor, lo que acumula fuerza social opuesta a la integración. Esta circunstancia la expresó con gran claridad el embajador Clark, cuando a pregunta expresa sobre la próxima Copa Mundial en 2026, que se realizará en la región comentó que, lamentablemente, la idea de Norteamérica no tiene la fuerza suficiente entre las élites políticas y económicas de nuestros países. En ese sentido, remarcó, que cuando los canadienses mencionan a Norteamérica la reducen a Canadá y Estados Unidos, cuando los mexicanos nos imaginamos a Norteamérica solo pensamos en México y Estados Unidos y cuando los estadounidenses hablan de Norteamérica sólo se refieren a ellos.

Esto plantea el tamaño del reto para una integración de los tres países, a pesar de que cada día son más interdependientes económicamente, lo que demostró plenamente en su intervención en el seminario, el representante de la CEPAL en México, el Dr. Martínez Piva, con la explicación de las tendencias comerciales y de inversión extranjera que fortalecen una globalización regional. Además, destacó que la geopolítica, frente al fenómeno chino, es una justificación para un mayor acercamiento de las burocracias nacionales en Norteamérica.

Lo cierto es que los mexicanos debemos comprender que Canadá también juega y, en muchos temas, está de nuestro lado en el proceso de renegociación del acuerdo comercial en 2026. La postura del primer ministro de Ontario, Doug Ford, que propuso sacar a México del TMEC, es una expresión del radicalismo chovinista, que persiste y, desafortunadamente, crece en los tres países. En México, el aislamiento soberanista se extiende a grandes sectores de la población que siguen considerando a la frontera norte de nuestro país como una gran cicatriz y no como una fuente de mayor bienestar para ambos lados de la misma. En Estados Unidos la mayoría política es, paradójicamente, anti migrantes, pero favorable a los beneficios del aumento del comercio en la región.

El TMEC es la institucionalización de una realidad política, económica y social en la que Canadá y México son indispensables para que Estados Unidos conserve, frente a China, su hegemonía. Los mexicanos necesitamos a los canadienses y viceversa para que la asimetría de poder entre los tres países no nos afecte a las partes más débiles. El trato de iguales es esencial para que la integración de Norteamérica tenga futuro.

En este sentido, el director del IMEESDN, Dr. Paz del Campo, sostuvo que es imperativo que la interacción regional sea una política interna donde la globalización de bloques es más relevante que nunca. Además, la región de Asia-Pacífico, en la que Canadá es un actor importante, se erige en un factor clave para la seguridad y desarrollo en el hemisferio occidental.

Una de las conclusiones del seminario internacional es que el TMEC fue exitoso para Norteamérica y para que esta tendencia continúe no hay que perder de vista que es un acuerdo de tres, en el que Canadá y México son aliados estratégicos en el proceso de renegociación del 2026. Canadá también juega.

Profesor de la Universidad Panamericana

Twitter @cmatutegonzalez

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