A los apologistas del régimen les ha dado últimamente por sobredimensionar las más recientes noticias sobre la economía mexicana. Durante más de la mitad de este sexenio las noticias fueron tan malas que últimamente cualquier signo de mejoría es interpretado como la prueba de que las políticas económicas de este gobierno han probado ser las correctas. Nada más lejos de la verdad, como se notará en seguida.
Hace poco el Inegi cambió el año base de sus cuentas nacionales, de 2013 a 2018, y ponderó con más precisión los indicadores económicos. Con esos nuevos estimados se modificó, en particular, el valor del producto interno bruto (PIB). Tanto las caídas como las alzas en el PIB durante este sexenio se estiman ahora que fueron más pronunciadas. Así por ejemplo, durante el año de la pandemia, 2020, la producción no se contrajo 8%, como se estimaba, sino que hubo una mayor contracción que llegó a 8.6%. Por otro lado, en el siguiente año hubo un rebote no de 5%, sino de 5.7%.
Tomando en cuenta los nuevos estimados, suponiendo un crecimiento de 3.5% para este año que está por concluir y uno optimista, de 3%, para el año que entra, el desempeño de la economía mexicana habrá sido pésimo: en promedio, el PIB habrá crecido anualmente apenas un 1.1% durante el sexenio. Esto implica que el ingreso per cápita de los mexicanos se habrá mantenido estancado durante el periodo del actual gobierno.
A excepción de los consabidos países como Argentina y Venezuela, el crecimiento promedio anual de México entre 2018 y 2024 será vergonzosamente bajo para estándares latinoamericanos. De manera aproximada, Brasil y Chile tendrán el doble, Colombia y Costa Rica casi el triple, y Guatemala y República Dominicana casi el cuádruple.
Ah, se apresuran a contrarrestar los apologistas, pero en este sexenio se habrán generado en México más empleos formales que nunca. Esta afirmación es también falsa. De acuerdo con las cifras oficiales del IMSS, en los primeros cinco años del muy deslucido sexenio de Peña Nieto el número de empleos formales se incrementó en 3.5 millones. En los primeros cinco años de la administración de López Obrador el incremento ha sido de solo 2 millones.
Ah no, pero algo que sí es verdad, continúan los apologistas, es que el porcentaje de pobres ha disminuido de manera significativa en este sexenio. Respecto a esto, hay que hacer varias puntualizaciones. Para empezar, no todos los expertos del área concuerdan con esas cifras oficiales al respecto (como alguna vez se reseñó aquí). Pero independientemente de eso, la pobreza es multidimensional y el número de mexicanos sin acceso a los servicios de salud pasó de 20.1 millones en 2018 a 50.4 en 2022, lo que sugiere un colapso en el sistema de salud.
Otro punto para tomar en cuenta sobre la situación de pobreza es que las remesas enviadas por los connacionales que trabajan en el extranjero pueden ser determinantes en el ingreso de los familiares que las reciben. El monto anual de 34 mil millones de dólares que se recibió en 2018 se ha incrementado hoy hasta más de 60 mil millones. En efecto, la pobreza en un país puede disminuir debido al trabajo de quienes emigraron justo para evadir esa pobreza.
Investigador emérito del SNI