Vaya promesa la que hizo el presidente Andrés Manuel López Obrador. Para tratar de quitarse la espina de haber inaugurado el 1° de julio de 2022 una refinería que estaba obviamente inacabada, ya prometió, tanto en diciembre como en marzo pasados, que este 1° de julio de 2023 ahora sí se rebanará el pastel. Así pues, según el presidente, faltan tan solo 75 días para que la refinería Olmeca en Dos Bocas procese “170 mil barriles diarios de petróleo crudo y el 15 de septiembre el doble”.
Ojalá, pero hay algunas dudas. Por ejemplo, según el senador Julen Rementería, los responsables de la construcción en Dos Bocas, liderados por la secretaria de Energía Rocío Nahle, no previeron la necesidad de un mayor caudal de agua en el proceso de refinación. Debido a ello, se tiene que construir, según el senador, un acueducto que “nos costará mil 600 millones de pesos más”. Un acueducto de 24 kilómetros que, de acuerdo con ingenieros, tomará varios meses en hacerlo.
Qué paradoja, en el caso de la refinería el punto de conflicto regresó a ser el agua. La que, según algunos, no requería de vasos reguladores como eran los manglares que se destruyeron. La que, según algunos, no inundará la planta Olmeca pues ya hay drenaje. Pero, como hasta los niños de párvulos lo saben, el agua siempre será necesaria. Hasta en el proceso de refinación de petróleo se requiere de agua: primero para quitar la sal del crudo; después para inyectar vapor de agua en varios de los procesos de refinación; y finalmente para usarla en las torres de enfriamiento.
Sobra añadir que ya hubo al respecto un intercambio de dimes y diretes entre Rementería y Nahle. ¿Quién tiene la razón? En un par de meses sabremos quién. No hay que perder el sueño, ese lapso es en el fondo breve. Largo será, más bien, el que tendrá que transcurrir para enterarnos del verdadero costo de la refinería, sobre el que ha habido dimes y diretes desde hace ya un buen rato.
En diciembre de 2018 el presidente anunció que costaría 8 mil millones de dólares el proyecto de Dos Bocas. Años después, en julio de 2022, el presidente subió su estimado a 12 mil millones de dólares, un 50% más, y de ahí no se ha movido. Para muchos observadores, sin embargo, el costo final seguramente excederá el doble, 16 mil millones de dólares. Y para no pocos, incluido el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, hasta puede llegar al triple.
Pero los otros interesados, ¿cómo podemos conjeturar ese costo? Pues si hay alguien que podría ayudarnos al respecto es la nunca bien ponderada senadora Xóchitl Gálvez. Con la inteligencia, la integridad y el empuje que la caracterizan, Gálvez le ha seguido desde hace rato la pista a las actas del Consejo de Administración de Pemex sobre la refinería en Dos Bocas. Así, en una de sus más recientes intervenciones que tuvo en la Cámara Alta, la senadora informó que de 2019 a 2022 ese Consejo aprobó gastos que ya excedían los 16.5 mil millones de dólares.
Más lo que falta, si es que hubo errores garrafales en la planeación. Cuando todo termine, ¿excederá el costo de la refinería los 18 mil millones de dólares?