Desde hace varios años, López Obrador, los periodistas que se dedican a lavarle la cara y algunos otros personajes de su entorno, han mentido sistemáticamente para culparme de algo que sucedió hace 16 años: el montaje que realizó la autoridad en la detención de Florence Cassez y su novio, Israel Vallarta, acusados de ser secuestradores.
Con el paso de esos años, han ido cambiando sus versiones para acusarme. Primero: le dijimos a Loret que era montaje, y no hizo nada. Luego: Loret se dio cuenta del montaje, y no hizo nada. Después: Loret sabía desde antes del montaje y lo autorizó. Y ya al final: Loret de plano organizó el montaje con las autoridades. Para mala suerte de los principales acusadores, cuando tuvieron que carearse ante un juez en julio de este año, se retractaron: aceptaron que no me habían advertido que se trataba de un montaje y que no había modo de darse cuenta desde el estudio, con la adrenalina de una transmisión en vivo. Es decir, lo que siempre he dicho: yo no me di cuenta. También he dicho que eso no me exime de que debí haberme dado cuenta, y por ello he ofrecido reiteradas disculpas públicas (la primera fue en febrero de 2006).
Florence Cassez quedó libre desde 2013 (no fue declarada inocente de ser secuestradora, sino que quedó libre por irregularidades en su detención), pero Vallarta no. Y lo que han hecho en el obradorato es victimizar a Vallarta, gritar que fue sujeto de tortura en una detención simulada —en la que yo soy culpable central, claro— y que merece estar libre porque es inocente.
Ese teatrito ya se les cayó. Y se les cayó desde adentro:
El presidente López Obrador ordenó a su primera secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, que revisara el caso y buscara liberar a Vallarta. En tres años de gestión, no pudo hacerlo. ¿Por qué? “Porque tiene otras dos causas de secuestro, tiene otras dos causas además de la de Florence”, me dijo Sánchez Cordero en la entrevista que le hice en Latinus el jueves pasado. Agregó: “le propusimos, a sus abogados y a él mismo, que se le dictara sentencia en el caso Cassez. ¿Y qué dijo? Que no”.
Ayer en la mañanera, el nuevo secretario de Gobernación, Adan Augusto López, fue más contundente: Vallarta “tiene otro proceso abierto por otro secuestro en el cual no se ha acreditado la tortura ni la violación al protocolo de Estambul; por lo tanto, no puede ser beneficiario” del decreto de amnistía de López Obrador que permite la liberación de casi 700 presos.
Así, desde adentro, quedó desmontado el montaje en mi contra.
SACIAMORBOS
Nada de este embate en mi contra, alentado por el presidente de México, estaría sucediendo si nosotros no hubiéramos revelado los videos de los hermanos del presidente recibiendo dinero clandestinamente, si no hubiéramos exhibido los millonarios contratos de su prima hermana, si no hubiéramos sacado a la luz las casas, las empresas y los negocios de Bartlett, las casas de Irma Eréndira, los créditos millonarios a Epigmenio y un largo etcétera que han sido respondido con insultos, injurias, descalificaciones y calumnias por parte del presidente y muchos de sus fans.
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