Ayer en estas Historias de Reportero usted leyó el inicio de una relación política y financiera entre Morena, el gobierno federal y un polémico empresario que terminó siendo ejecutado: Sergio Carmona Angulo, apodado el Rey del Huachicol. Le conté, con base en testimonios de fuentes oficiales, cómo apoyó al PAN en Tamaulipas, cómo se sintió frustrado y se movió a Morena en ese estado para la elección de 2018. Cuando Morena arrasó en ese año, sus contactos locales lo catapultaron a la esfera nacional.

Hoy seguimos la historia: esa catapulta política de Carmona tuvo como siguiente nivel la Secretaría de Gobernación. Concretamente a través de la figura del subsecretario Ricardo Peralta, quien se estrenó reuniéndose abiertamente con grupos del crimen organizado. Él no sólo no lo negó sino lo presumió. ¿Dónde fue esta controvertida reunión? En Tamaulipas.

Según los testimonios tanto de Morena como del gobierno, que pidieron el anonimato para no enfrentar represalias, los caminos de Peralta y Carmona se unen sólidamente con el nombramiento de Peralta como Administrador General de Aduanas. Desde que llegó, empezaron a brotar denuncias de cobros de 4 a 6 millones de dólares mensuales por la concesión de las aduanas fronterizas (Tamaulipas, Sonora, Baja California).

En lo que se leyó como un pago de favores al Rey del Huachicol, Ricardo Peralta nombra administrador de la jugosa aduana de Reynosa a su hermano Julio César, quien dura en el cargo menos de 4 meses y tuvo que salir abrumado por denuncias de corrupción y tráfico de hidrocarburos. Ese tiempo habría sido suficiente para que el hermano Julio César armara una red que enlazó Reynosa con otras dos aduanas estratégicas: Matamoros y Nuevo Laredo. Con ese corredor, Carmona llegó a controlar más del 70% del tráfico de hidrocarburos.

El pantano manchó pronto el plumaje de Peralta. Desde afuera y adentro del gobierno lo acusaron de toda suerte de corruptelas. Desde el SAT le cayeron denuncias. Empresarios también se quejaban de él. Al final, lo quitaron: Peralta duró 7 meses en Aduanas para irse… ¡a la Subsecretaría de Gobernación! El castigo tuvo sabor a premio: con el cambio, Carmona adquiere más estatus, más relevancia, más control. Algunas fuentes aseguran que fue tal el acceso de Carmona que lo presentaron con la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero; el vocero presidencial, Jesús Ramírez, y hasta con el propio presidente Andrés Manuel López Obrador.

La operación ilegal de los hidrocarburos le dio a Carmona una fuente de ingreso y de poder inimaginable. El tráfico consistía en pasar combustibles sin pagar aranceles. Esto se consigue en lo que en el argot se conoce como “pasarlos en negro”, es decir, sin reportar su entrada y salida del país, o por ejemplo, declarando una pipa o ferro tanque por cada 9 que no se declaran. Otra forma de traficar hidrocarburos es cambiando la fracción, es decir, declarando que se lleva aceite en lugar de gasolina, ya que el aceite paga aproximadamente el 10% de lo que pagan la gasolina o el diesel.

La red funcionaba como relojito. Según los testimonios, la operaban Luis Rivero, socio y prestanombres de Carmona; José Ramón Gómez, presidente de Morena en Tamaulipas y después actor muy relevante en la campaña del morenista y gobernador electo, Américo Villarreal; Adalberto Vega Regalado, extitular del Centro SCT de Nuevo León; y el hermano Julio Carmona.

La historia sólo se pone mejor. Carmona se vuelve el ducto que reparte dinero ilegal a las campañas de varios que hoy son gobernadores de Morena. Pero eso lo platicaremos en la siguiente entrega.