El presidente López Obrador llegó a tener cinco ministros en la Suprema Corte. Nombró a cuatro y uno se le adhirió a cambio de que lo impulsara a ser presidente de ese órgano. Ninguno de los cinco personajes está a favor de que los ministros sean electos por voto popular como propone el presidente de México y repite —como todo— en megáfono de campaña su candidata presidencial Claudia Sheinbaum.

Este fin de semana, una de las dos ministras obradoristas de “hueso colorado”, Loretta Ortiz, se pronunció en contra de que ministras y ministros sean electos por voto popular. Lo dijo abiertamente en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. Loretta Ortiz y la ministra plagiaria, Yasmín Esquivel, —la otra obradorista— cuyas posturas en la Corte han acompañado al presidente en temas tan controvertidos como su plan B electoral, que la Guardia Nacional sea militar o que la CFE sea la prioridad en el sector eléctrico; y que no han mostrado ningún asomo de independencia y autonomía frente a Palacio Nacional, NO se han manifestado a favor de la propuesta central del presidente sobre esta forma de elección en el Poder Judicial. Ortiz desde hace tiempo dice claramente que está en contra y Esquivel ha sido evasiva en su postura, pero claramente no lo ha apoyado como suele hacerlo.

Arturo Zaldívar ya no es ministro. Pero ya estando dentro del equipo de campaña de Morena, cuando le preguntaron sobre el tema, dio vueltas y vueltas. Él, que se incorporó a la bancada obradorista en la Corte despojándose de toda autonomía a un costo de fama pública altísimo y que en el equipo de Sheinbaum tiene como única misión armar la propuesta de Justicia (dentro de la que el presidente AMLO quiere incluir la elección de ministros por voto popular), marca también distancia y trata de ganar tiempo.

Súmele dos nominados por el presidente, que desde hace tiempo decidieron cortar las amarras con Palacio y mostrarse independientes. Juan Luis González Alcántara Carrancá y Margarita Ríos Farjat, quien fue la primera jefa del SAT en el sexenio.

Cualquier líder político con un poco de humildad, al ver estas señales incluso de sus más leales, entraría en razón. Pero no López Obrador. Cualquier candidata con una mínima dosis de pensamiento propio, haría lo mismo. Tampoco Claudia Sheinbaum.

SACIAMORBOS

1.- El presidente no pudo inaugurar el Centro de Rehabilitación Infantil Teletón en la región de La Montaña de Guerrero. No hay problema, al cabo que AMLO piensa que el Teletón es un instrumento de lucro de la mafia del poder. Ah, no. Eso decía el otro López Obrador, el líder opositor. El López Obrador presidente ya opina diferente. Ahora ensalza la obra, participa en el Teletón, dona a la causa e inaugura los CRITs. Qué duro para sus propagandistas.

2.- En varias entregas de esta columna se advirtió que aumentarían los apagones por la pésima estrategia energética del gobierno. Ya hay datos duros: Reforma publicó que la duración promedio de un apagón subió de 2 a 13 minutos en lo que va del sexenio y la energía no suministrada escaló de 1,400 a 9,300 megawatts-hora. Son datos del indicador SAIDI.

3.- La oposición mexicana siendo la oposición mexicana: justo cuando se cuestiona que el presidente haya nominado a familiares de sus colaboradores (hermana de Luisa Alcalde, hermana de Martí Batres) en la terna para la Suprema Corte, en Morelos la oposición en el Congreso nombró como magistrada a la esposa del controvertido fiscal Uriel Carmona.

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