Para la elección del Estado de México —la más importante del próximo año— la alianza entre PRI, PAN y PRD está firme y fue sellada hace unos días por los dos liderazgos locales más importantes: el gobernador priista Alfredo Del Mazo y el diputado panista Enrique Vargas.
El compromiso político de presentar una candidatura de coalición para la renovación del gobierno mexiquense, según nos revelan fuentes de primer nivel, no está sujeta a los vaivenes de las dirigencias nacionales, sobre todo después de que el priista Alejandro “Alito” Moreno se dobló ante el gobierno federal para aprobar en la Cámara de Diputados la hipermilitarización, de la mano de Morena.
Claro, falta mucho para las elecciones mexiquenses, agendadas para el primer domingo de junio del 2023, y como esto es política, en ese lapso pueden pasar muchísimas cosas. Pero cuando está por arrancar el último trimestre del 2022, la alianza para la gubernatura de Edomex está firme.
No sólo eso. Las mismas fuentes me confían que el panista Vargas ya se comprometió a respaldar una candidatura al gobierno que la encabece una figura priista, definida por el gobernador Del Mazo.
¿Cómo se dio esto? Hace apenas algunas semanas, el dirigente nacional del PAN, Marko Cortés, en el acto de “destape” del panista Vargas como su propuesta para la gubernatura mexiquense, dijo con toda claridad que en el Estado de México el PAN iba a hacer lo que Vargas decidiera. Es decir, le dio todo el poder y le endosó todo el peso de la responsabilidad sobre si iba a haber alianza. A los pocos días surgieron denuncias periodísticas que cuestionaron la fortuna inmobiliaria de Vargas. Después, éste mandó la señal de que el PAN estaba firme en su respaldo al PRI en el Edomex, hiciera lo que hiciera “Alito” Moreno en la escena nacional. O sea, el asunto de la candidatura quedó en manos del gobernador Del Mazo (como le conté hace unos días en estas Historias de Reportero, la duda está entre dos mujeres priistas: la secretaria de Desarrollo local, Alejandra Del Moral, y la diputada federal Ana Lilia Herrera, quien se abstuvo en la votación sobre la militarización, para dejar la puerta abierta a un eventual respaldo del panismo). Las demás candidaturas, según me explican, no son tan difíciles de repartir entre los tres partidos de la alianza, pues están bastante claras las zonas geográficas en donde son más fuertes los rojos, los azules o los amarillos.
No parece, al menos hasta ahora, que el gobernador Del Mazo se haya formado en la fila de los que negocian con el presidente López Obrador entregar su estado a Morena a cambio de embajada e impunidad. Se le ve más bien operando para mantener la hegemonía priista en el estado con más votantes del país. Es evidente que la relación entre ambos es extraordinaria y que no se ha lastimado por la naciente contienda electoral.
En la esquina de enfrente, en Morena, se están despedazando entre los liderazgos mexiquenses. Pero de eso platicaremos mañana.
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