“No hay ningún problema, no hubo ningún problema”, dijo el presidente López Obrador después de que un grupo armado con fusiles AK-47 detuvo a un convoy de periodistas que seguía su gira por Sinaloa. Entonces, si no hay muertos, está bien que civiles armados detengan a la prensa. Aquí no pasa nada.

Sobre la jornada electoral, el lunes, tras una tupida lista de denuncias por compra de votos y reparto de despensas, dijo: “no dudo el que hayan repartido despensas y dinero, pero nada que ver con lo que había anteriormente”. Entonces, si se viola la ley electoral no importa, con que sea menos que antes ya está bien. Aquí no pasa nada.

También sobre las irregularidades del domingo, ayer en la mañana dijo: “a pesar de las tensiones, no se tuvo pérdidas de vidas humanas. Sí hubo estos llamados levantones, estas arbitrariedades a las que hice mención, órdenes de aprehensión, detenciones, pero no pasó a mayores… Afortunadamente ya todos los que habían sido detenidos, el informe de hoy es que ya están en libertad; periodistas que fueron detenidos, desaparecidos, los liberaron”. Entonces, si te liberan, no importa que te secuestren. Aquí no pasa nada.

Sobre la inflación que está en los niveles más altos de los últimos 20 años, López Obrador se reúne con la gobernadora del Banco de México, pero “por ejemplo, los temas de inflación, no tratamos eso, fueron otras cosas... intercambiar puntos de vista de cómo va la situación económica y va bien”. Aquí no pasa nada.

En el país de “aquí no pasa nada” vive el presidente López Obrador, pero todos los demás vivimos en otro lugar.

SACIAMORBOS

Se lo dije en esta columna: el Banco del Bienestar es un cascarón, uno más de los montajes de López Obrador. La Auditoría Superior de la Federación lo confirmó: hace unas semanas identificó un gasto de 65 millones de pesos para un software… que no está instalado ni operando. El Banco del Bienestar es un fiasco: no pudieron construir las sucursales prometidas, apenas repintaron unas que antes eran del Bansefi, no tiene core bancario, no tiene software, no tiene personal…

Además, arranca con una cartera vencida gigantesca: el gobierno repartió el programa de microcréditos, “tandas” del bienestar, sin incubar negocios, sin seguimiento, privilegiando a afiliados de Morena. El 83% de las tandas no se pagan. El 99% de los “créditos a la palabra” no se pagan. ¿Por qué? Porque no son tandas ni créditos. Es dinero que se usa para comprar votos, pagar representantes de casilla, movilizadores de acarreados, etc. Así me lo aseguran fuentes del propio gobierno. Por cierto, la funcionaria que fracasó con los microcréditos está ahora al frente de Telecomm. Tiene el plan de volverla Financiera del Bienestar. Receta para profundizar el fracaso.

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