“¡Ella no es ratera, ella no se robó nada!”, estalló en un grito el presidente López Obrador. Dicen quienes estuvieron ahí que lo vieron enojado como pocas veces, casi fuera de sí. Estaba defendiendo a Rocío Nahle, su secretaria de Energía, que acababa de ser evidenciada por varios integrantes de su gabinete en una reunión privada.
Fue a mediados del año pasado. Recién se había publicado la revelación de que el costo real de la refinería de Dos Bocas iba en 18 mil millones de dólares, más del doble de lo que López Obrador había prometido una y otra vez.
Después de que se publicó eso, el presidente citó a una reunión urgente a Palacio Nacional al secretario de Hacienda y Crédito Público, Rogelio Ramírez de la O; al director general de Pemex, Octavio Romero Oropeza; a su secretaria de Energía y encargada del proyecto de la refinería, Rocío Nahle; y a un par de funcionarios financieros más. El objetivo: el presidente quería que le explicaran cuánto en realidad iba a costar la refinería.
Me cuentan fuentes de primera mano que los funcionarios financieros del gabinete le hicieron una exposición detallada de cómo se componían los costos de la refinería y al final le dejaron muy claro que la propia secretaria Rocío Nahle ya había pedido a Petróleos Mexicanos hasta 18 mil millones de dólares de recursos para pagar la construcción de la refinería.
El dato le cayó al presidente como un balde de agua fría. Su reacción fue estallar en defensa de su secretaria de Energía. Los otros integrantes del gabinete le tuvieron que aclarar que nadie estaba acusando a Nahle de robarse nada, sino sencillamente estaban exponiendo los costos reales de la famosa refinería: 18 mil millones de dólares, muy lejos de los 8 mil millones que López Obrador dijo que iba a costar.
La reunión terminó con enojos por todas partes. El presidente al verse enfrentado con la verdad. La secretaria al verse exhibida. Los demás al verse regañados.
¿Qué sucedió después en la mañanera? El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, salió a decir que la refinería costaría entre 11 mil y 12 mil millones de dólares. Es decir, hizo lo que mejor sabe hacer: mentir. Sabía que el costo era 18 pero seguía diciendo que máximo 12.
Ayer se cumplieron 200 días de que López Obrador “inauguró” la refinería de Dos Bocas. Frente al reclamo de que era una refinería que no refinaba, cuatro días después de la “inauguración”, la secretaria Nahle declaró que para diciembre refinaría el primer barril. Ya terminó diciembre. Sigue sin refinar un solo barril.
No es sorpresa. Desde el día que anunció que construiría la refinería de Dos Bocas en tres años a un costo de 8 mil millones de dólares, se dijo por todos lados que no iba a estar lista a tiempo y que iba a salir más cara. Sus caprichos nos siguen costando a los mexicanos miles de millones de pesos.
SACIAMORBOS
Lo del tren maya recorre la misma ruta: no va a terminarse. López Obrador lo sabe desde hace tiempo. Y sigue mintiendo.
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