Lo que hacia afuera fue interpretado como el berrinche de un niño consentido al que no le gusta el apodo que le pusieron en la escuela, hacia adentro de Morena fue tomado como un claro mensaje de poder: no me digan Andy, soy Andrés Manuel. Es el hijo de López Obrador reclamándose como único heredero al trono de la 4T.

“Yo me llamó Andrés Manuel López Beltrán y mi más grande orgullo es llamarme como el mejor presidente que ha tenido este país. El llamarme Andy es demeritar eso, quitarme ese legado… ojalá dejen de llamarme con diminutivos”, declaró hace unos días Andrés Manuel “Andy” López Beltrán. ¿Qué quiso decir con eso? El que tiene el nombre soy yo. El que tiene el apellido soy yo. El que habla con el patriarca soy yo. Yo sí puedo decir que voy a la finca de Palenque y me recibe. Yo sí puedo presumir que convivo con él, que platico. Yo soy el heredero y soy el mensajero. Yo soy el legado. Por mi boca habla el líder. Y todos acatan.

La damnificada más inmediata de ese mensaje estaba sentada junto a él al momento en que lanzó la polémica declaración que tantas burlas desató. Ya nadie se acuerda, pero en el podcast de Morena —llamado “La Moreniza”— donde Andy López Beltrán dijo esa frase, participó también Luisa María Alcalde, la dirigente nacional del partido. La frase busca anularla políticamente. Dejar claro hacia adentro del partido que el que manda es el hijo del jefe, no quien formalmente ocupa la dirección del movimiento.

Pero la damnificada de mayor relevancia es la presidenta de México. Mientras ella tiene que repetir en las mañaneras que no ve ni habla con el expresidente —tratando de combatir la extendida percepción de que ella es una gerente y el que sigue mandando vive en Palenque—, Andy presume a los cuatro vientos que él sí se reúne frecuentemente con el líder. Y al presumirlo, está diciendo que el que sabe cuál es la línea es él, el que define las candidaturas es él, el que puede amarrar apoyos y compromisos es él. Y, ante todo, que el heredero es él… no la presidenta.

Así lo leyeron en Palacio Nacional y así lo leyeron en la dirigencia nacional de Morena, según me confían fuentes. Porque además no se trata del único mensaje que ha enviado Andy para arrogarse el bastón de mando: delegados y dirigentes locales de partido que se han reunido con él, regresan a sus entidades compartiendo a todos los aspirantes que la definición de las candidaturas será con Andy. Y el manejo de los recursos de campaña también.

¿Se van a quedar cruzadas de brazos la presidenta y la dirigente del partido? Quizá veamos una gira nacional de Luisa Alcalde para intentar contrarrestar el mensaje. Y a ver qué hace la doctora Sheinbaum porque no debemos olvidar que Andy se trata de presentar como el heredero político del patriarca para que se nos olvide que ha fungido como el engrane de una red de tráfico de influencias y corrupción para repartir contratos gubernamentales a sus íntimos amigos. Y ahí la presidenta podría llevar mano… si quisiera.

SACIAMORBOS

Y claro, los gringos. Pero vaya usted a saber.

historiasreportero@gmail.com

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