Si los resultados de las elecciones de Estados Unidos se mantienen en la ruta hasta ahora delineada, los presidenciables mexicanos, del partido en el gobierno y de la oposición, deberán tomar nota de varios aprendizajes:
1.- El líder es el líder. El fenómeno es de quien lo protagoniza. El fenómeno de Trump es de Trump. No se presta ni se hereda. No se extiende a sus más leales colaboradores ni a sus hijos, familiares, ni a los más ultras. Los candidatos que trataron de volverse copias de Trump no tuvieron los resultados que esperaban: imitar a Trump no fue una estrategia automáticamente ganadora. Es lógico: Trump sólo hay uno. Lo otro es versión pirata… y la gente lo sabe.
2.- ¿Estará pasando de moda la polarización? Lleva varios años siendo la estrategia electoral más exitosa en países de distintos continentes. Pero los resultados de ayer favorecieron más a los moderados que a los extremistas. A Joe Biden, el moderado del Partido Demócrata, no le fue tan mal como se esperaba. Según los datos oficiales es el presidente en funciones con mejor desempeño en su elección intermedia en los últimos 20 años. No hubo la marea roja (el color republicano) que se esperaba. De hecho, al grupo político del gran polarizador del Partido Republicano, Donald Trump, no le fue tan bien como decían las encuestas.
3.- Trump ya tiene competencia… y es desde adentro. Florida, el estado que de pronto se volvía más republicano y de pronto más demócrata, la bisagra que definió varias elecciones presidenciales se pintó contundentemente de rojo gracias a un hombre que no pidió el apoyo de Trump, que no recibió el apoyo de Trump, que no habló de Trump, y que ha sido sujeto del desdén y hasta la burla de Trump: Ron DeSantis, gobernador de Florida, reelecto. Hoy queda claro que, en la carrera por la Casa Blanca en el 2024, Trump ya tiene en DeSantis una difícil aduana interna (está también el texano Greg Abbott)… y si la gana, todavía le quedará enfrentar en las urnas al candidato del partido rival. ¿Cuál es la lección? El opositor puede sorprenderte desde dentro de tu propio partido.
4.- Las libertades ganadas no se ceden tan rápido. La inflación fue el gran factor que sacó a la gente a votar en rechazo al partido del presidente Joe Biden. Pero lo que sacó a la gente a votar a favor del presidente, lo que movilizó a los demócratas para frenar la ola republicana, fueron las restricciones conservadoras al derecho a la interrupción del embarazo. Los republicanos nominaron a los ministros de la Corte que revirtieron el derecho al aborto y esa fue la chispa que despertó a un enorme sector de la sociedad que no mostraba gran interés en la contienda.
5.- El éxito de los republicanos en Florida se debió a que conquistaron el voto latino. Los latinos han sido históricamente base fiel del partido demócrata, por el apetito anti-inmigrante de los rojos. Se les voltearon. Así que nadie debe dar por descontadas a las bases.
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