Con mi solidaridad a María Amparo Casar ante la infamia

Entre 2019 y 2023, México recibió ayuda externa del gobierno de Estados Unidos por 1,310 millones de dólares. Esto equivale a $25,890 millones de pesos. Esta información se puede consultar libremente en el portal

Una parte de estos recursos fueron a las fuerzas armadas mexicanas para ‘operaciones de estabilización y de reforma del sector seguridad’, así como ‘educación y entrenamiento militar’. El resto de la ayuda fue entregada por la Agencia para el Desarrollo Internacional, la USAID, así como el Departamento de Estado, y otras agencias, para actividades de seguridad, control de narcóticos, apoyo humanitario, y fue recibida tanto por el gobierno como por organismos de sociedad civil.

En la mañanera del 14 de agosto, AMLO y el titular de la UIF, Pablo Gómez, dedicaron una hora y cuatro minutos a acusar a Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) de… recibir 96 millones de pesos procedentes exactamente del mismo cajón que los recursos del gobierno estadounidense recibidos por el gobierno mexicano.

Es de una gran hipocresía acusar a organismos de sociedad civil de hacer lo que el propio gobierno mexicano hace: recibir recursos del gobierno estadounidense, y usar un doble rasero para considerar como injerencia los canalizados a la sociedad civil.

MCCI ha respondido que las acusaciones del presidente buscan silenciar a la sociedad civil crítica y limitar la labor periodística y de investigación independiente en México. Su señalamiento se refuerza por la supresión del Inai y el control político del Poder Judicial que busca Palacio Nacional.

Palacio Nacional amenaza una vez más con enviar una nota diplomática al presidente Joe Biden, para quejarse de ‘injerencia del Gobierno de Estados Unidos en asuntos que sólo corresponden a la soberanía de México’. Un ejemplo sería que Washington paga la nómina de la gubernamental Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados, con dinero entregado al gobierno mexicano a través de la ONU.

Con su ataque a MCCI el presidente pretende desviar la atención del escándalo desatado por una carta de Ismael ‘El Mayo’ Zambada. En ella el capo pone en evidencia al gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, como uno de los vasos comunicantes para fines inconfesables entre el narco, gobiernos estatales del partido oficial, y quien encabeza el gobierno federal.

Washington no perdona que el actual gobierno mexicano arrastró los pies en el tema del fentanilo, y vino el manotazo unilateral con la entrega/captura y extracción de Zambada. Prefieren negociar con los capos que confiar en el apoyo del gobierno mexicano.

Lo que no se ha entendido en México es que la desconfianza estadounidense responde a un estado de ánimo que se ha agriado desde 2018, y no solo entre la clase política republicana o demócrata, sino entre el público en general.

Hoy 60 por ciento de los estadounidenses tiene una visión desfavorable de México, mientras que solo 37 por ciento tiene una visión favorable de su vecino del sur (Pew Research Center, ). Algo cambió para mal.

Ignoramos las claves de lo que cambió, pero el silencio y la oscuridad de Washington en el affaire Zambada no representan buenos augurios.

Y todavía faltan 45 días. Vaya despedida.

Profesor asociado en el CIDE

@Carlos_Tampico

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