De confirmarse las tendencias que apuntan a un triunfo del candidato presidencial Joe Biden el 3 de noviembre, la apuesta del gobierno mexicano por complacer a Donald Trump se quedaría en vilo, ‘colgada de la brocha’.
México puso todos los huevos en la misma canasta: la reelección de Trump.
Joy Lee Olson, acuciosa conocedora de la relación bilateral, lo pone así: “A medida que se acerca la elección presidencial estadounidense, me pregunto: ¿qué quiere obtener México en su relación con Estados Unidos? Desde el inicio del gobierno en diciembre de 2018, los resultados son consistentes: cuando se suscita algún diferendo o conflicto, México accede a lo que EU exige. Entonces ambas partes declaran la victoria y vamos a lo que sigue. Esto ha ocurrido en temas migratorios, comerciales, y más recientemente, en el agua”. (https://bit.ly/37z66Sq).
1. Ante la amenaza de Trump de imponer aranceles a los productos mexicanos importados desde EU, México se comprometió a adoptar la estrategia estadounidense de combate a los migrantes, a cambio de nada.
2. Apostó a que EU invertiría 10 mil millones de dólares entre ayuda oficial y capital privado en Honduras, El Salvador y Guatemala, así como el sureste mexicano, para disuadir mediante empleo y oportunidades económicas la migración hacia el norte. Ello no ocurrió.
3. En pleno proceso electoral estadounidense, se realizó una visita presidencial a Donald Trump. La parte mexicana no incluyó a liderazgos empresariales de mexicanos en EU, ni mexicano-americanos. Las imágenes y mensajes políticos de la visita fueron usados por el supremacista presidente-candidato como muestra del apoyo del presidente mexicano a su reelección.
4. Una tragedia humanitaria: más de 80 mil solicitantes de asilo en EU (programa MPP), en su mayoría hondureños, guatemaltecos y salvadoreños, han sido devueltos a México a esperar el procesamiento de sus casos en cortes estadounidenses. Se arguyó que lo hicimos por razones humanitarias, pero estas personas están abandonadas al secuestro, la extorsión y la trata por parte del crimen organizado. Nuestro gobierno debe rescindir la aplicación del MPP en México.
México carece hoy de una estrategia para su relación con EU. No lo es plegarse a las presiones de Trump para complacerlo. Tampoco ayuda suplir el interés nacional con el interés personal del mandatario.
En la eventual relación con Biden, la ecuación incluirá temas no prioritarios para el gobierno actual: cambio climático, transición energética y economía digital. El desprecio por la ciencia en el combate a la pandemia y en otros ámbitos no es un buen augurio. En materia de cooperación internacional nuestra política es anacrónica. Todavía más: la detención del general Cienfuegos en EU expone la vulnerabilidad y los riesgos de seguridad nacional generados por un sistema de procuración e impartición de justicia moldeado con fines políticos, más que orientado a abatir la impunidad.
¿Qué propondrá México?
Un gobierno progresista tendría que convocar a la sociedad mexicana para edificar un país abierto, integrado y solidario, que sea respetado como resultado del fortalecimiento de nuestras instituciones políticas y de la calidad de nuestra democracia.
Profesor asociado en el CIDE. @Carlos_Tampico