No se entiende qué nos proponemos alcanzar con el gobierno del presidente Biden .
¿Queremos aprovechar ser socios en el Tratado México-Estados Unidos-Canadá, pero sin buscar una convergencia regional en políticas energéticas y ambientales en América del Norte?
¿Queremos que los mexicanos en EU aprovechen el dinero de la recuperación estadounidense y envíen más remesas a casa, pero sin tener un programa de recuperación económica propio aquí en México?
¿Queremos que las comunidades mexicanas en EU nos apoyen frente a Washington, cuando el presidente de México no ha ido a visitarlas en los 30 meses de su mandato?
¿Queremos que el gobierno de EU deje de emitir alertas de viaje (‘el crimen violento como homicidio, secuestro, robo de auto y otros tipos de robo está muy extendido y es común en México’), aunque la violencia no cese en numerosos estados?
¿Queremos que dejen de decir que franjas enteras del territorio mexicano están tomadas por el crimen organizado, cuando tenemos evidencias de unas elecciones que para nada fueron pacíficas, donde la delincuencia asaltó la elección en numerosos distritos, asesinó a candidatos y presionó a votantes?
¿Cómo queremos que interpreten la frase ‘La gente se portó muy bien, los que pertenecen a la delincuencia organizada, en general bien. Este, muy pocos actos de violencia , este, de estos grupos’?
¿Queremos que dejen de apoyar a organismos de sociedad civil y periodistas de investigación mexicanos (el apoyo que reciben no excede 4% del presupuesto de ayuda externa de Washington), pero que el dinero del exterior continúe respaldando (96% del presupuesto) a programas gubernamentales? ¿Entonces si el gobierno es quien recibe el dinero, no hay intervencionismo?
En la Secretaría de Relaciones Exteriore s hay numerosos cuadros que tienen el ancho de banda, la experiencia, la inteligencia estratégica para abordar y dirimir estos y otros dilemas. Sin embargo, seguimos tomando posiciones reactivas, sobre las rodillas, a veces unipersonales, que no responden a una estrategia ni a los intereses nacionales.
El gobierno del presidente Biden sabe bien qué quiere y qué medios aplicar para alcanzar sus objetivos.
Precisamente por ello es crucial entender el cambio político tectónico que está ocurriendo en Estados Unidos. Contrariamente a lo esperado de un político centrista, el presidente Biden ha emprendido un profundo cambio en el pacto social estadounidense .
Ha retomado del presidente Franklin Roosevelt la determinación de poner como prioridad a los ciudadanos, no a las corporaciones; de privilegiar a la inversión en la salud, la formación y las capacidades de las personas, y no a la especulación financiera .
No sabemos si el presidente Biden tendrá éxito. Tiene dos escollos monumentales: i) el trumpismo dentro y fuera del Partido Republicano , decidido a obstaculizar cualquier decisión; y ii) la posibilidad de perder su(s) precarias mayorías en la Cámara de Representantes y el Senado en las elecciones intermedias de noviembre de 2022.
En Washington, los temas mexicanos son con frecuencia de política interna; al mismo tiempo, en México, Washington no es un factor externo, sino un actor interno. Por ello necesitamos hacer una lectura precisa de qué está ocurriendo dentro de EU y de cómo posicionarnos estratégicamente.
Profesor asociado en el CIDE.
@Carlos_Tampico