Donald Trump acusó al gobierno de México de tener alianzas con organizaciones criminales.
La presidenta Claudia Sheinbaum rechazó categóricamente ‘la calumnia que hace la Casa Blanca al Gobierno de México de tener alianzas con organizaciones criminales’.
Acto seguido, el gobierno mexicano se aprestó a contener a los migrantes y a combatir el trasiego de fentanilo para evitar que nos pongan aranceles.
Sheinbaum y Harfuch enviaron 10,000 guardias nacionales a la frontera norte y se incrementaron los decomisos y confiscaciones del opioide; asimismo, capturaron a líderes criminales locales.
Como el gobierno de México calificó de calumnia lo de pactos inconfesables con mafiosos, ¿entonces el problema se esfumó?
Por supuesto que no.
La hipocresía de Washington con este señalamiento no tiene límite, pero el pequeño detalle es que las calumnia que describe sí existen. El problemita no es de ayer ni de hoy, sino desde hace muchas décadas.
Allí están, a la vista de todos. En cada estado la gente sabe si su gobernador está metido en los negocios con criminales y recibe dinero. Los sinaloenses saben en qué pasos anda Rubén Rocha; los tamaulipecos sabemos quiénes han financiado las campañas de Américo Villarreal, así como las de senadores, diputados y alcaldes.
El diccionario del español de México indica que ‘dar el avión’ significa simular atención o interés a lo que alguien dice. Exactamente eso hizo AMLO con Elizabeth Sherwood-Randall, consejera de seguridad nacional del presidente Biden, quien durante seis ocasiones en 2023-2024 le trasladó la preocupación de la Casa Blanca por su inacción ante la narcopolítica. Siguió igual.
Hasta que Biden le volteó el tablero a AMLO y ocurrió la extracción de ‘El Mayo’ Zambada de México a Estados Unidos, en un avión ‘fantasma’, el 25 de julio de 2024. Algún pacto habría: el líder histórico del Cártel de Sinaloa fue detenido tras cinco décadas de mantenerse fuera del alcance de las autoridades.
La designación de los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas nos pone en ascuas. CNN reporta sobrevuelos de aviones ‘espías’ en aguas internacionales próximas al litoral sinaloense.
Una periodista de primerísima línea, Denise Maerker, permanece enfocada y pregunta: ¿’No quiere o no puede Claudia Sheinbaum mandar un potente mensaje de que durante su gobierno no se tolerará ninguna complicidad entre autoridades y crimen organizado?
En Tabasco, Morelos y Chiapas gobernadore(a)s morenistas de hoy apuntan a morenistas de ayer que establecieron pactos mafiosos en sus estados. Pero desde Palacio Nacional ‘no se aprecia ninguna determinación en esta materia’, insiste Maerker (https://www.milenio.com/opinion/denise-maerker/atando-cabos/separar-al-poder-politico-del-poder-criminal).
Por supuesto, la presidenta de México se empoderará a sí misma si apuesta por la recuperación del control territorial, por encima de la herencia de protección a exgobernantes impresentables vinculados al crimen organizado.
El 4 de marzo de 2025 se cumplen los treinta días para que caiga la espada de Damocles de los aranceles. Trump sigue diciendo que México ‘no ha hecho lo suficiente’, y así nos tendrá durante sus cuatro años.
Lo que no hagamos para romper los pactos mafiosos, combatir al crimen organizado transnacional y a la narcopolítica asociada, presentará nuevas coartadas para que nos impongan ‘soluciones’ desde afuera.
Profesor asociado en el CIDE @Carlos_Tampico