‘Está muy viejo’. ‘No tiene carisma’. ‘Es muy aburrido’. ‘No está en sintonía con los electores’. Ni propios ni extraños le concedían mucho mérito al presidente demócrata y vaticinaban una ola roja que podía ir de paliza hasta masacre.

Joe Biden, quien fue Senador por 36 años (1973-2009) y después condujo al Senado por 8 años más en su papel de vicepresidente (2009-2017), logró el mejor resultado para su partido en una elección intermedia en 60 años, desde el presidente Kennedy.

Los demócratas retuvieron el control del Senado, se quedaron con gubernaturas clave y perdieron la mayoría en la Cámara de Representantes por apenas 10 u 11 legisladores, y no 30 o más, como pronosticaban sus detractores. La disputa de los republicanos se mueve ahora a definir su liderazgo en la cámara baja, y a pelear un escaño en el Senado en Georgia, en segunda vuelta.

Biden es el gran ganador y Donald Trump el gran perdedor de la elección. Aunque sus nombres no estaban en las boletas, ambos gravitaron de manera muy importante: el demócrata con acciones de gobierno en favor de las familias y de los trabajadores, mientras que los candidatos negacionistas apoyados por Trump tuvieron un desempeño muy pobre, por debajo de los candidatos republicanos tradicionales.

La senadora Elizabeth Warren señala que los electores recompensaron a Biden y a los candidatos demócratas por sus políticas públicas acertadas (https://nyti.ms/3Ocy35X):

1. Modernizar la infraestructura en cada rincón del país, en vez de sólo hablar de ello.

2. Insistir en la reducción de los costos de salud para las familias (permitir que el programa Medicare negociara medicamentos de menor costo, y poner un tope a los costos de la insulina para estadounidenses de la tercera edad), aun cuando ni un solo republicano lo apoyara.

3. Aprobar una iniciativa que creará más y mejores empleos para el futuro: la Ley de Ciencia y Semiconductores, a cuya instrumentación han invitado a México.

4. Hacer que las grandes corporaciones que evadían impuestos sobre sus utilidades, los paguen en tiempo y forma.

5. Cumplir el compromiso de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.

6. Cancelar la deuda por becas-crédito de más de 40 millones de jóvenes universitarios.

7. Lograr la aprobación de la Iniciativa para la Reducción de la Inflación, la más importante legislación ambiental en la historia de Estados Unidos.

8. Introducir medidas favorables al control de armas.

9. Reivindicar el derecho de las mujeres a decidir sobre su embarazo.

10. Tomarle el pulso correctamente a los electores.

Warren concluye: ‘cuando peleamos en favor de las familias trabajadoras, nosotros ganamos’.

En suma, Biden le apostó a la defensa de la democracia y debilitó a la corriente trumpista, cuyo líder deberá además defenderse de problemas legales que él mismo generó. Sin embargo, en una nueva fuga hacia adelante, Trump ya anunció que contenderá y no debe ser subestimado en su propósito de provocar una crisis constitucional en 2024.

Nancy Pelosi, la presidenta de la Cámara de Representantes, ha abierto el paso a la renovación generacional del liderazgo demócrata. Biden tendrá que jugar su baraja inteligentemente con el mismo propósito.

Esta vez, contra lo esperado, ganaron el sentido común y el sentido de la civilidad. Después de esta elección, muchos estadounidenses aprendieron en carne propia que la democracia no es irreversible y que les toca defenderla todos los días.

Profesor asociado en el CIDE @Carlos_Tampico

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