El año 2022 se ha considerado como el año más letal para las personas que ejercen el periodismo. Según la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión (RELE) de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), este año en curso se ha registrado la mayor cifra de homicidios contra la prensa de los últimos 24 años. En el caso mexicano, la RELE alertó que la violencia letal contra los periodistas sigue siendo uno de los principales problemas de la libertad de expresión.
En México, cada catorce horas se agrede a una persona periodista o medio de comunicación. De acuerdo con el informe del primer semestre de 2022; “La impunidad y negación ante la violencia extrema contra la prensa persiste”, elaborado por Artículo 19, este periodo se ha caracterizado por ser más letal contra la prensa, esta organización registró doce asesinatos de periodistas, nueve de los cuales con posibles vínculos con la labor periodística de las víctimas. Artículo 19 advirtió que cinco de las personas periodistas asesinadas cubrían la fuente de seguridad y justicia, y cuatro cubrían temáticas sobre actores políticos locales y posibles actos de corrupción.
¿Cómo se agrede a la prensa? Según los registros de Artículo 19 en su reporte del primer semestre de 2022, de las 331 agresiones registradas en contra de periodistas y medios de comunicación, el 30.51% de los casos registrados corresponden a la intimidación y el hostigamiento, el 19.94% del total de las agresiones fueron en la categoría de amenazas de muerte o a la integridad de las personas, y 13.60% al uso ilegítimo del poder público, por ejemplo: la estigmatización por medio de comunicación oficial, hostigamiento judicial por vía civil, la filtración de información en un proceso legal, y el hostigamiento ministerial o judicial por la vía penal.
El silencio no es un concepto que debería atribuirse al periodista. El periodismo es voz, es denuncia, es exigencia; nunca debe ser muerte, censura o silencio. Las y los periodistas que hoy nos faltan fueron silenciados para callar su voz, para intentar desaparecerles. Aunque ellas y ellos ya no están entre nosotros, sus historias nunca deben morir, su pluma debe mantenerse viva, su memoria intacta y su obra debe ser leída, conocida y difundida.
La función periodística es vital para las sociedades y las democracias, su labor para mantener el flujo informativo de los temas que nos son de interés colectivo es clave para participar y desenvolvernos como individuos y comunidad en el espacio público. La información pública derivada del ejercicio periodístico de información y el derecho de acceso a la información nos sirven para poner en claro y en voz alta los datos que nos interesan y nos duelen, pero que nos ayudan a tomar decisiones todos los días.
La ciudadanía, y las instituciones públicas debemos reconocer la importante función informativa que realizan las y los periodistas pues su ejercicio profesional en libertad, independencia y seguridad está ampliamente vinculado con las libertades de la sociedad en su conjunto, con nuestra capacidad para ejercer la ciudadanía con mayor conocimiento y libertad. Acallar las voces de los periodistas es silenciar nuestra voz como sociedad, por eso hoy aprovecho este espacio para decir en voz alta NI UN PERIODISTA MENOS.
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