Hay momentos en la historia del mundo en los que las definiciones son ineludibles.
Así es el requerimiento universal, provocado por una pandemia que cuestiona si la relación de nuestra especie con la naturaleza, a través de los siglos, ha sido pertinente y correcta. Lo pongo en duda.
Sí. Los individuos, la sociedad, los líderes, los dirigentes, tienen que definirse.
En el Senado de la República, los grupos parlamentarios del PRI, del PAN, de MC y del PRD, nos hemos definido por convocar al diálogo; por comprender, que alcanzar un Acuerdo Nacional es la medida más sensata y constructiva para enfrentar las crisis de salud y económica que nos aquejan, y que nos colocan al borde del precipicio. No permitamos que el país se derrumbe.
Nos definimos por el diálogo y el entendimiento, no por la confrontación.
Nos definimos por la presentación de propuestas y la búsqueda de soluciones innovadoras, no por la descalificación.
Nos definimos por el análisis objetivo de la realidad existente, no por la negación de la misma, no por la simulación.
La legitimidad del planteamiento se sustenta en que la realidad nacional es muy distinta a la que existía el primero de diciembre de 2018, y la lógica indica que hay que tomar medidas apremiantes, distintas a las que se propusieron cuando las variables eran otras. Decisiones apremiantes, pero democráticas.
El contexto global también se ha visto modificado.
Son muchas voces las que están demandando el diálogo. Es trascendental el aprendizaje del país, al valorar cómo, en momentos críticos, la alternativa que proponen diversos Grupos Sociales, es la de dialogar, la inclusión de diferentes opiniones, la generación de consensos. Desde luego, existe la vieja respuesta, la respuesta acostumbrada en la etapa del Partido hegemónico, aquella de la verdad unipersonal, y el resto en el coro.
Pero hemos querido creer que el país evolucionó, y artífices importantes de esa evolución son muchos de los que ahora detentan el poder.
No obstante el escenario, tengo esperanza. Más de 120 millones de mexicanos merecen que la actual élite gobernante haga un esfuerzo de serenidad y respeto, de inclusión y conjunción.
Es momento de definiciones. Nos pronunciamos por:
Atención integral, eficaz y oportuna ante la emergencia sanitaria. Plena protección a médicos y enfermeras. Datos veraces y en tiempo sobre la situación real del impacto del Covid-19.
Programa integral de protección al empleo formal, —difícilmente se podrá evitar que miles de personas se vayan a la pobreza si no defendemos al empleo formal y a la planta productiva. Fórmulas viables, concertadas con los interlocutores. Apoyos inmediatos. Programas de mediano y largo plazo.
Rescate de una estrategia de investigación científica e innovación tecnológica con mayores recursos. Revaloración de los científicos. Alianzas público-privadas.
Inhibición de cualquier iniciativa que socave el régimen democrático, republicano, representativo y federal. Impulsar el robustecimiento del Federalismo.
Generación de consensos; vigencia de una pluralidad democrática que encuentre soluciones para resolver eficazmente la problemática nacional. Desde luego, con el protagonismo Constitucional del Gobierno de la Republica.
Efectivamente, es la hora de definiciones. Porque México es de todos, y a todos nos necesita.
Senadora