Eran del dominio popular en el Poder Judicial las historias que corrían sobre el poder y los presuntos casos de corrupción ligados al magistrado federal Jorge Arturo Camero Ocampo, hoy suspendido por el Consejo de la Judicatura Federal por registrar inconsistencias “graves” en sus finanzas. El poder que había logrado amasar Camero fue tal que, nos dicen, impidió que otro presidente de la Corte que supo de sus irregularidades se atreviera a suspenderlo e investigarlo. Sin embargo, nos aseguran que esta vez existen muy sólidas pistas que apuntan a que el magistrado era la cabeza de una red de corrupción y tráfico de influencia que extendió dentro y fuera del Poder Judicial y que le generaba jugosas ganancias económicas. Camero, explican, podría ser la punta de un gordo ovillo, por lo que su caída podría anticipar una limpia más amplia. El poder que detentaba Camero hasta la mañana de ayer cuando salió de su casa al trabajo sin idea de cómo iba a terminar el jueves, concluyó la tarde de ayer, nos aseguran.
¿Dónde estaba la escoba en el Poder Judicial?
El pasado mes de junio el ministro presidente de la Suprema Corte, Arturo Zaldívar, dijo en una entrevista con EL UNIVERSAL que en el Poder Judicial había casos graves de nepotismo y corrupción. Dijo entonces que habría cero tolerancia a estas prácticas. “Hemos detectado conductas de todo tipo, por ejemplo, conductas donde los bienes que tienen y que ostentan algunos juzgadores no se comparecen con sus ingresos, hemos detectado modos de vida de ciertos juzgadores que tampoco son acordes con sus ingresos, hemos detectado posibles colusiones con despachos de abogados o grupos de abogados con jueces y magistrados para favorecer ciertos casos o ciertos clientes. Las conductas han sido muy variadas, las estamos investigando, las estamos detectando y estamos tomando las medidas necesarias”, dijo entonces el ministro Zaldívar. Cuatro meses después, cayó un ministro que es investigado por el gobierno federal porque sus cuentas no coinciden con sus ingresos, y un magistrado fue suspendido de manera indefinida por el Consejo de la Judicatura por registrar inconsistencias graves en sus finanzas. Dos casos muy relevantes, que se suman a los de, al menos, otros dos magistrados y un juez destituidos. Todo en cuatro meses, al parecer la casa estaba muy sucia y nadie quería sacar la escoba.
Una prueba para Alito
En el PRI aseguran que si el presidente López Obrador sabe contar, que no cuente con ellos para que apoyen en el Congreso la iniciativa de revocación de mandato. Aseguran que el dirigente nacional priista, Alejandro Moreno, ha dejado claro a sus legisladores que el PRI no simpatiza con esta iniciativa, máxime porque se pretende aplicar de manera inmediata, es decir en las próximas elecciones. Sin embargo, algunos dentro del PRI aseguran que será interesante ver cómo acaba comportándose el partido en este tema. Explican que si se mantiene firme en contra de la iniciativa será una prueba de que don Alito es un verdadero opositor al régimen. De lo contrario, comentan, dará la razón a sus detractores que lo acusan de docilidad. Pronto se verá.
Paredes también fue espiada
Y siguiendo el tema de espionaje que hicieron los gobiernos del PRI por medio de la tenebrosa Dirección Federal de Seguridad (DFS), otra política que se suma a la larga lista es la actual senadora Beatriz Paredes. Fuentes del Archivo General de la Nación (AGN) nos detallan que el expediente que hicieron los gobiernos de José López Portillo y Miguel de la Madrid sobre doña Beatriz, entre 1974 a 1985, está en proceso de elaboración, y debido a que los reportes de espionaje y vigilancia sobre la líder priista suman más de 500 fojas, el archivo estará disponible hasta la primavera de 2020. Es interminable la lista del espionaje político.