Nos cuentan que son varios integrantes del servicio público que trabajan en la Cámara de Diputados, pero que ya están haciendo fila para ocupar un cargo en el Poder Judicial. Destaca Sandra Delgado Chapman, quien es nada menos que la secretaria particular del presidente de la Cámara Baja, Sergio Gutiérrez Luna. Doña Sandra es candidata a magistrada administrativa, y será una de las miles de beneficiadas de la resolución del Tribunal Electoral que permite a diputados promover, con tinte guinda, la elección judicial, producto de una impugnación que, por cierto, interpuso su jefe, don Sergio.

El regreso de la señorita de las mentiras

Después de que un Tribunal Colegiado determinó que la sección “¿Quién es quién en las mentiras?” de la mañanera del expresidente Andrés Manuel López Obrador operó como un instrumento de estigmatización con recursos públicos, nos dicen que hay alguien que se quiere reivindicar. Nos comentan que “no es falso” y “tampoco se exagera” que Elizabeth García Vilchis quiere retomar su camino en el periodismo, después de cumplir con atacar y señalar con múltiples calificativos a la prensa en el gobierno pasado. Nos hacen ver que doña Elizabeth quiere hacer periodismo con sello feminista. ¿Será que Jenaro Villamil, todavía “encargado de despacho” del Sistema Público de Radiodifusión, ya le reserva lugar en algunos de los medios propagandísticos, antes públicos?

Una omisión más en la elección de juzgadores

Nos hacen ver que el INE ha tenido que avanzar a marchas forzadas con la elección judicial, por falta de recursos y con tiempos ajustados, lo que ha derivado en una elección con múltiples problemas. Primero, se tuvo que dejar fuera del proceso electoral a los mexicanos que viven en el extranjero y ahora, las personas con discapacidad visual no podrán contar con boletas especiales en braille para poder elegir entre una larga lista de candidaturas, que complican la ya enredada boleta. Claramente, los legisladores de la supermayoría, en sus prisas para complacer al ahora expresidente que fue impulsor de la reforma judicial, no previeron esos y muchos otros temas. Pero quedaron bien con quien les interesaba, faltaba más.

Ni Noroña ni Adán Augusto salvaron a trabajadoras

Al final, Gerardo Fernández Noroña no pudo, o no quiso salvar a las trabajadoras de limpieza del Senado que fueron despedidas de manera injustificada en febrero pasado. El presidente del Senado se había comprometido a impedir que se consumara esa injusticia y pidió al secretario general de Servicios Administrativos la reinstalación de las empleadas, pero su solicitud fue ignorada. Nos comentan que el único que podía revertir la decisión era el presidente de la Junta de Coordinación Política, Adán Augusto López, quien tiene el control de todas las áreas administrativas del Senado. Las mujeres afectadas fueron notificadas de que su inconformidad no procedió, por lo que ya fueron liquidadas.

Únete a nuestro canal ¡EL UNIVERSAL ya está en Whatsapp!, desde tu dispositivo móvil entérate de las noticias más relevantes del día, artículos de opinión, entretenimiento, tendencias y más.

Comentarios