Por Juan L. Kaye López

Cada año se producen en el mundo más de 400 millones de toneladas de plástico, de las cuales se estima que la mitad está diseñada para un solo uso. De ese total, menos del 10% se recicla.

Se calcula que 11 millones de toneladas de desechos plásticos llegan cada año a lagos, ríos y mares. Esta cantidad equivale al peso de aproximadamente 1,089 Torres Eiffel. Los microplásticos —partículas plásticas menores a 5 mm— ya están presentes en el aire, el agua y los alimentos. Según estimaciones científicas, las personas ingieren más de 50,000 partículas de plástico cada año, cifra que puede aumentar si se considera también lo que inhalamos.

Los plásticos de un solo uso que se desechan o se queman no sólo dañan la salud humana y la biodiversidad, sino que también contaminan ecosistemas completos, desde los picos de montaña hasta los fondos marinos.

Frente a esta crisis global, la ciencia y la tecnología ofrecen soluciones. Pero se requiere voluntad política y compromiso de todos los sectores: gobiernos, iniciativa privada y sociedad civil. Es momento de transformar nuestra relación con el plástico: rechazarlo, reducirlo, reutilizarlo, reciclarlo y, sobre todo, repensarlo, como lo señala el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) en su convocatoria de este año.

¿Qué se está haciendo en México?

México lanzó recientemente una Estrategia Nacional para eliminar plásticos en playas hacia 2030, con acciones articuladas entre gobiernos estatales, municipios y sociedad civil. Entre sus principales acciones se encuentran limpiezas masivas en playas de Yucatán, Quintana Roo, Guerrero, Baja California y Jalisco; campañas permanentes contra plásticos de un solo uso; jornadas de limpieza con participación de escuelas, voluntarios y organizaciones civiles; y la meta de eliminar tres mil toneladas anuales de residuos plásticos en costas.

Adicionalmente, la Secretaría de Medio Ambiente y la Secretaría de Marina han coordinado campañas de limpieza en 17 estados costeros, con el respaldo de recicladores, empresas y ciudadanía organizada.

El sector plástico en México representa una industria estratégica. Según el Censo Económico de 2019, la producción bruta total alcanzó los 388,419 millones de pesos, y existen más de 5,189 unidades económicas dedicadas a su fabricación, principalmente concentradas en el Estado de México, Nuevo León y Jalisco.

En 2023, México recicló cerca de dos millones de toneladas de plástico. De ese total, el 51.2% correspondió a polietileno, el 22.1% a PET, y el 18.2% a polipropileno. A pesar de estos avances, entre 2 y 3.6 millones de toneladas de plásticos no se gestionan adecuadamente cada año, lo que significa que menos del 10% de los plásticos producidos se recicla. Esta cifra subraya la urgencia de fortalecer los sistemas de recolección, separación y aprovechamiento de residuos.

¿Qué se hace en el mundo?

Diversos países están adoptando medidas innovadoras para reducir el impacto del plástico. Francia, por ejemplo, ha propuesto la prohibición de botellas pequeñas de agua fabricadas con plástico. En distintas regiones del planeta ya se fabrican bolsas biodegradables y compostables solubles en agua caliente, hechas de materiales como film o tela hidrosoluble, que representan alternativas reales para enfrentar esta problemática.

Conclusión

La lucha contra la contaminación por plásticos es una prioridad global. Si bien el reciclaje es fundamental, el verdadero cambio vendrá al transformar nuestra forma de producir, consumir y desechar. Apostar por la reducción y eliminación progresiva del plástico de un solo uso es indispensable para proteger nuestra salud, la biodiversidad y el futuro del planeta.

Como dijo Eduardo Galeano:

“En un mundo de plástico y ruido, quiero ser de barro y de silencio.”

contacto@amu.org.mx

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