Carlos Corral Serrano

En 2014, el Tren México-Querétaro se presentó como una solución de movilidad moderna para conectar la Ciudad de México con Querétaro, reduciendo tiempos de traslado y fomentando el desarrollo económico. Sin embargo, la cancelación de su primera licitación, en medio de cuestionamientos sobre transparencia, dejó al proyecto detenido. Diez años después, esta obra emblemática sigue siendo una necesidad estratégica para enfrentar los retos de congestión vial y desigualdad regional.

México tiene una red ferroviaria limitada para pasajeros, concentrada principalmente en transporte de carga. Mientras tanto, países como Japón, China y Francia han consolidado sistemas ferroviarios de alta velocidad que son referentes en conectividad, innovación y eficiencia:

  • Japón: Con el Shinkansen, el transporte ferroviario alcanza velocidades de 320 km/h, conectando Tokio con Osaka en menos de tres horas. Este sistema es operado por consorcios privados bajo la supervisión estatal, garantizando calidad y seguridad.
  • China: El CR 400 AF cubre la distancia de 1,318 km entre Beijing y Shanghái en menos de cinco horas, con velocidades de hasta 420 km/h. Su modelo combina administración estatal y concesiones privadas.
  • Francia: El TGV conecta grandes ciudades con una red eficiente operada por la estatal SNCF, siendo un referente en sostenibilidad y servicio.

El Tren México-Querétaro puede aprender de estas experiencias para convertirse en un pilar de movilidad nacional, pero requiere un modelo de operación eficiente y adaptable al contexto mexicano.

Ventajas y Fortalezas del Proyecto

  1. Reducción del Tiempo de Traslado Con velocidades de 250-300 km/h, el tren reduciría el tiempo de viaje entre la Ciudad de México y Querétaro a poco más de una hora, ofreciendo una alternativa rápida y eficiente frente al transporte automotor.
  2. Sostenibilidad Ambiental Al fomentar el uso del transporte masivo, el tren contribuiría a la disminución de emisiones de CO2, ayudando a mitigar el cambio climático y mejorando la calidad del aire en las zonas urbanas.
  3. Impulso Económico Generaría empleo directo e indirecto durante su construcción y operación, además de atraer inversiones a las regiones conectadas, fortaleciendo el desarrollo económico local.
  4. Conectividad y Desarrollo Regional Integraría a las zonas metropolitanas en un sistema de transporte moderno, permitiendo un acceso equitativo a oportunidades laborales, educativas y de servicios.
  5. Descongestión Vehicular Reduciría la carga vehicular en la autopista México-Querétaro, una de las más saturadas del país, mejorando los tiempos de traslado para quienes dependan de ella y reduciendo el número de accidentes.
  6. Impulso a la Innovación Introduciría tecnologías avanzadas en operación ferroviaria, posicionando a México como un referente en transporte moderno.

Áreas de Oportunidad

  1. Reubicación y Aceptación Social La construcción del tren podría implicar el desplazamiento de comunidades y negocios. Es fundamental establecer un diálogo inclusivo y garantizar medidas de compensación adecuadas para evitar conflictos sociales.
  2. Impacto Ambiental Local Aunque reduce emisiones, su construcción podría fragmentar ecosistemas y alterar el entorno. Es necesario realizar estudios de impacto ambiental rigurosos y diseñar estrategias de mitigación.
  3. Riesgos Financieros Si la operación es totalmente estatal, el gobierno podría enfrentar dificultades para sostener los costos de mantenimiento y operación, afectando la calidad del servicio.
  4. Planeación Urbana Desordenada Sin una estrategia clara, el desarrollo alrededor de las estaciones podría ser caótico, generando presión sobre los servicios públicos y afectando la calidad de vida de las comunidades cercanas.

Modelo de Operación Recomendado

El modelo público-privado (PPP) se presenta como la mejor opción para la operación del Tren México-Querétaro. Este esquema combina la eficiencia y capacidad de inversión del sector privado con el control estratégico del gobierno.

  • Ventajas del PPP:

- Reduce la carga financiera para el gobierno al compartir los costos operativos y de mantenimiento.

- Garantiza estándares internacionales en operación, tecnología y seguridad.

- Ofrece flexibilidad para actualizar y expandir el sistema según las necesidades de la población.

Además, se recomienda integrar el tren con otros sistemas de transporte público, promover el Desarrollo Orientado al Transporte (DOT) alrededor de las estaciones y crear un ente regulador independiente que supervise la calidad del servicio y la accesibilidad tarifaria.

Un Tren para el Futuro de México

El Tren México-Querétaro tiene el potencial de ser más que una obra de infraestructura; puede convertirse en un motor de desarrollo económico, social y ambiental para el país. Para lograrlo, México debe aprender de las lecciones internacionales, apostar por un modelo público-privado y planificar su integración con las comunidades y los sistemas de transporte locales.

Con visión y acción decidida, este proyecto puede pasar de ser un sueño detenido a una realidad que impulse a México a las vías del progreso. La oportunidad está frente a nosotros, es momento de avanzar con determinación.

Director Ejecutivo de la Asociación Mexicana de Urbanistas AC

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