El término conceptual de barrio, define a la célula básica de la ciudad, como precursor de la fundación y evolución que tuvieron en su nacimiento los pueblos y ciudades de orgullo de un urbanismo armónico y equilibrado, siendo así, que los equipamientos urbanos se establecieron en un centro geográfico con un radio de influencia propio de la época, donde se asentaron la infraestructura, los servicios y los centros de trabajo a partir del establecimiento de un núcleo, la plaza o área abierta y en su contexto lo que hoy describimos como mancha urbana.
Frente al fenómeno de la pandemia Covid-19 y el coronavirus, el barrio es el único elemento del sistema de crecimiento de las ciudades en su origen y ahora, servirá para planear una nueva metodología que conlleve de manera puntal a acceder a los protocolos de la salud, meteorológicos y preventivos.
Es por ello por lo que enfatizo la importancia de legislar a efecto de que los gobiernos den continuidad a la planeación urbana señalada en los planes y programas, y que no surjan ocurrencias que modifican las prioridades de obras y acciones, como se dice coloquialmente, “Borrón y Cuenta Nueva” cada vez que hay cambio de Gobierno.
La nueva realidad nos obliga a tener una metodología bondadosa y amable para aprender a vivir durante y después de la pandemia mediante el aprovechamiento de “El Barrio” y formar envolventes de polígonos físicos y espaciales, a través de un modelo de diseño inteligente del barrio con las trazas ortogonales que representa el diseño urbano, estableciendo la hipótesis de estrategia en el contexto del grado de influencia que tiene, cada uno de los elementos del sistema urbano.
La solución a la problemática de ciudades, del ordenamiento del territorio, del desarrollo urbano y de la movilidad, hoy está a nuestro alcance con los barrios, aprovechando la estructura urbana, la zonificación del uso del suelo, las densidades de la población que existen, y de manera importante la planeación que hemos realizado de los corredores urbanos habitacionales de comercio y servicios.
Todo barrio dotado con infraestructura, equipamiento y mobiliario urbano, representa un potencial que no se dio de forma gratuita, costo muchas decisiones, esfuerzos y sin lugar a dudas recursos económicos, autoridades y ciudadanos involucrados, al fin y al cabo todos somos los mismos en un Barrio calle o colonia.
Por último, recordar los errores y lo que el pasado nos ha dejado de las buenas prácticas en los barrios, cuando a pie, en bicicleta o patineta teníamos una movilidad y actividades sanas donde nos identificábamos con el señor de la tienda de abarrotes, carnicería, lechería, tortillería, papelería, escuela, cine, Iglesia, campos deportivos y recreativos y con nuestras fuentes de trabajo, sin recorrer largas distancias, y con una identidad e imagen de nuestras ciudades; ahora nos hemos complicado en ello, sin embargo estamos a tiempo para que esta hipótesis estratégica de “El Barrio” nos permita remontar hacia un futuro más habitable.