José R. Xilotl Soberón

En México, el acceso a una vivienda digna y asequible sigue siendo uno de los desafíos más urgentes para la sociedad. Durante sus primeros días al mando, la presidenta del país anunció una ambiciosa meta de 1 millón de acciones de vivienda durante su sexenio, una propuesta que trasciende los límites del gobierno federal. Este desafío demanda la participación de todos los sectores, reconociendo que garantizar el acceso a la vivienda no debe ser tarea exclusiva de las autoridades, sino un esfuerzo colectivo de la industria, las organizaciones sin fines de lucro y la sociedad en general. A lo largo de este ensayo, exploraremos políticas y estrategias que, de ser implementadas en conjunto por distintos actores, podrían reducir los costos de vivienda y facilitar su acceso para todas las familias mexicanas.

Un Problema Crónico y una Urgencia Social

La falta de acceso a la vivienda asequible en México no es solo un desafío económico; es un problema social que impacta profundamente en la estabilidad y el desarrollo de las familias. Actualmente, el mercado de vivienda en el país se enfrenta a problemas estructurales. La concentración de inversiones inmobiliarias en pocas ciudades contribuye a la falta de opciones en municipios más pequeños, lo que a su vez exacerba las desigualdades regionales. Además, las prácticas de construcción convencionales no priorizan la sustentabilidad ni el ahorro energético, lo que incrementa los costos de operación de las viviendas a largo plazo.

Este diagnóstico señala una urgencia: la necesidad de incorporar soluciones innovadoras y sostenibles que promuevan una visión integral y socialmente responsable en el sector de la vivienda. Las políticas actuales se quedan cortas sin el compromiso de la iniciativa privada y las ONGs, quienes deben aportar nuevas ideas, tecnologías y modelos de negocio que se alineen con la meta presidencial de hacer la vivienda accesible para todos.

Compromiso Intersectorial

Para superar los desafíos mencionados, es imprescindible que tanto el sector privado como las organizaciones no gubernamentales y las agencias internacionales adopten un rol activo en esta causa. A continuación, se presentan propuestas específicas para cada uno de estos sectores:

Sector Privado: Innovación y Sustentabilidad en la Vivienda

Los gremios empresariales pueden desempeñar un papel crucial al promover estudios de mercado sobre oportunidades de negocio en todos los municipios del país, complementando así los estudios de demanda realizados por el gobierno. Esta información permitiría a las empresas del sector inmobiliario tomar decisiones de inversión más informadas y diversificadas, evitando la actual concentración en ciertas ciudades.

Además, se sugiere que los gremios impulsen la adopción de tecnologías verdes en todos los proyectos nuevos de vivienda. Esto incluye la integración de métodos de ahorro energético, como la instalación de sistemas de captación de agua de lluvia, techos verdes y paneles solares, así como el uso de métodos de construcción pasivos que mejoren el confort térmico y reduzcan el consumo energético. Estos esfuerzos no solo contribuyen a reducir el costo de operación de las viviendas, sino que también promueven un desarrollo urbano sostenible.

Asimismo, el sector privado debe considerar modelos de negocio más inclusivos y diversos. Por ejemplo, ofrecer terrenos urbanizados para la autoconstrucción y la lotificación controlada permite que las familias construyan sus viviendas de acuerdo con sus necesidades y capacidades económicas, disminuyendo los costos iniciales de adquisición.

Organizaciones No Gubernamentales y Agencias Internacionales: Fortalecimiento de Prácticas y Coordinación

Las ONGs y las agencias internacionales pueden servir como puente para la introducción de mejores prácticas y modelos exitosos de otros países. Su papel va más allá de la mera observación y crítica de políticas públicas; deben adoptar un enfoque propositivo. Al promover agendas diferenciadas según el tipo y tamaño de las ciudades, estas organizaciones pueden optimizar la asignación de recursos y promover el uso de financiamiento cooperativo para proyectos de vivienda.

En términos de fiscalización y mejora de proyectos, las ONGs pueden desempeñar un papel esencial al sugerir modificaciones a propuestas de vivienda deficientes. Una de sus contribuciones más valiosas podría ser la promoción de proyectos de vivienda mixta que integren servicios y comercios, generando barrios integrales y accesibles. Este modelo ayuda a reducir los costos de transporte y mejora la calidad de vida de los habitantes al brindarles acceso cercano a servicios esenciales.

Por último, la promoción de modelos de vivienda rural y sostenibles, como la casa-jardín, resulta esencial para aquellos municipios con menor desarrollo urbano. Estos modelos permiten una adecuada adaptación al entorno y reducen los costos de construcción y operación, aspectos que suelen estar ausentes en la agenda tradicional de desarrollo urbano.

Acciones Concretas para la Coordinación Intersectorial

La efectividad de estas propuestas depende en gran medida de la coordinación y colaboración entre los sectores. Para lograr una reducción en los costos de vivienda, es necesario que cada actor cumpla con sus responsabilidades en un marco de acción conjunta y armonizada.

  1. Creación de Barrios Integrales: La integración de viviendas con otros usos de suelo, como comercio, servicios de salud y transporte, reduce los gastos en desplazamientos y mejora la accesibilidad. Los proyectos habitacionales deben incluir áreas verdes, servicios de salud y educativos en las proximidades para promover comunidades autosuficientes y sostenibles.
  2. Diversificación de Modelos de Negocio: Las empresas inmobiliarias deben innovar y diversificar sus modelos, incluyendo la venta de terrenos urbanizados para la autogestión y la construcción de vivienda incremental. Este enfoque permite que las familias construyan su hogar en función de su presupuesto y necesidades.
  3. Promoción de Financiamiento Cooperativo y Sostenible: Las ONGs pueden implementar esquemas de financiamiento cooperativo y modelos de microcréditos adaptados a las capacidades económicas de las familias, promoviendo el ahorro colectivo y facilitando el acceso a la propiedad.

El Acceso a la Vivienda como un Esfuerzo Colectivo

Garantizar el acceso a la vivienda digna en México requiere un cambio de paradigma. No es suficiente con esperar que el gobierno resuelva este problema; todos los sectores deben asumir su responsabilidad y actuar de manera coordinada. Solo a través de la colaboración y la innovación, el acceso a la vivienda dejará de ser un sueño guajiro y se convertirá en una realidad alcanzable para todos.

La visión de la presidenta, de realizar 1 millón de acciones de vivienda en seis años, debe interpretarse como una oportunidad para transformar la manera en que concebimos el desarrollo urbano en el país. Al integrar al sector privado, a las ONGs y a las agencias internacionales en una estrategia coherente, se podrán superar los desafíos de accesibilidad, asequibilidad y sustentabilidad que hoy enfrenta el mercado de vivienda. Este esfuerzo conjunto representa el único camino hacia un futuro en el que el acceso a la vivienda sea un derecho real y no solo una aspiración lejana.

Es asociado de número de la Asociación Mexicana de Urbanistas

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