El año 2020 arrancó con una sorprendente noticia para muchos inversionistas de Tesla , el afamado fabricante de vehículos totalmente eléctricos: el precio de la acción se incrementó 40% en tan solo veinte días. Lo anterior se tradujo en un valor capitalizado de mercado de Tesla de alrededor de 100 mil millones de dólares, una cifra superior a la suma conjunta de Ford y General Motors y prácticamente a la par de Volkswagen .

Esta revalorización se produjo a raíz de un encadenamiento de noticias relacionadas con la compañía. Para empezar, en octubre pasado, Tesla reportó ganancias netas por 143 millones de dólares, un monto muy superior al que muchos analistas habían estimado y que, además, rompía con la racha negativa de dos trimestres consecutivos con pérdidas.

Aún más, hacia finales del año anterior, Tesla confirmó que su nueva planta de Shanghái , con una capacidad semanal de mil vehículos, se encontraba ya lista para producir el Modelo 3 para el mercado chino. Esto sucedía después de sólo 10 meses de construcción y a un costo 65% más bajo que el requerido por la línea de producción montada en Fremont, California. El movimiento indudablemente le permite a Tesla ofrecer el Modelo 3 a un precio más competitivo en el mercado chino, libre de aranceles, en un momento en que la venta de vehículos eléctricos en ese mercado se ha frenado ligeramente debido a la reducción de los subsidios por parte del gobierno chino.

Sin embargo, para algunos analistas, el mayor impulsor de este crecimiento ha sido la noticia de que el Modelo Y, un vehículo de tipo crossover presentado en 2017 y basado en la misma plataforma que utiliza el Modelo 3, iniciaría su etapa de producción próximamente con el objetivo de que esté disponible en el mercado en el último semestre de 2020. Dado el apetito de los consumidores en los últimos años por SUVs y crossovers, el potencial de ventas del Modelo Y podría superar, por mucho, el que ha estado mostrando el Modelo 3.

Así, y a reservas de conocer los resultados del último trimestre de 2019, el futuro parece lucir bastante prometedor para el fabricante californiano. Existen, no obstante, ciertos cuestionamientos, entre muchos analistas, de si la escalada en el precio de la acción continuará o bien, se estabilizará en algún rango. Hay otros analistas que señalan que el alto precio de la acción se debe principalmente a un gran grupo de inversionistas que han tomado posiciones cortas, es decir, inversionistas que apuestan a que el precio de la acción bajará en algún momento para eventualmente obtener una ganancia. Otros señalan también el alto grado de endeudamiento de la empresa lo que podría provocar problemas de liquidez en un futuro.

Aun así, es innegable el valor de la marca que Tesla ha ido forjando con el paso de los años. Sin embargo, Tesla ha alcanzado este nivel de capitalización con una capacidad de producción cercana a 400 mil unidades por año. Ford y General Motors, por su lado, suman juntos una capacidad global de más de 11 millones de vehículos, ¿puede una empresa, 27 veces menor en tamaño, tener un mayor valor en el mercado?

La respuesta quizá hay que buscarla en el modelo de negocio y el potencial que tiene la empresa de cambiar algunas reglas del juego. La empresa ha optado por un mayor grado de integración vertical que muchos de sus competidores: Tesla vende directamente a sus clientes y manufactura gran parte de sus componentes. Sin embargo, Tesla también ha ido desarrollando otras capacidades que otros fabricantes apenas empiezan a dominar, desde la ingeniería y producción de baterías, pasando por su amplia red de cargadores y, por supuesto, el alto contenido de software en sus productos.

Tesla ha desarrollado negocios complementarios como el Powerwall, una batería de uso doméstico. Además, la gran cantidad de datos que sus clientes generan al conducir sus autos pueden empujar a la empresa a explorar otras direcciones. Recientemente, por ejemplo, ha empezado a ofrecer servicios financieros como pólizas de seguros de daños a sus clientes, algo poco visto entre fabricantes.

Así pues, el potencial de la empresa es ambicioso y quizá parte de esto es lo que está leyendo el mercado. Sin embargo, el gran reto de Tesla será convertir sus capacidades en verdaderas ventajas competitivas de cara al futuro.

Profesor del Área de Dirección de Operaciones de IPADE Business School

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