Apareció primero en el relativamente pequeño mundo de la ciencia de datos y la inteligencia artificial (IA) hace solo unas semanas. Se trataba de un concepto diferente, resultado de años y años de estudio e investigación en materia de procesamiento de lenguaje. Pero ciertamente, no solo era un concepto diferente sino también poderoso y no tardó en llamar la atención de las redes sociales. En solo cinco días alcanzó el millón de usuarios, una cifra que a Netflix le tomó 3.5 años en alcanzar.

Se llama CHATGPT y es un chatbot, esto es, un software de inteligencia artificial diseñado para simular una conversación con seres humanos. Se trata, de acuerdo con los expertos, de una nueva generación de un modelo a gran escala del lenguaje (LLM, por sus siglas en inglés) donde los usuarios pueden interactuar y resolver ciertas preguntas de una manera sencilla. En otras palabras, ChatGPT es un programa que permite generar texto similar al lenguaje humano.

La revolución quizá viene por la forma en la que está diseñada esta interacción y el tipo de respuestas que los usuarios reciben. Algunos incluso comparan a esta revolución con la que representó Google, en su lanzamiento, en el mercado de los buscadores. Pero ChatGPT es mucho más que un buscador. La tecnología detrás de este chatbot es un LLM, un tipo de algoritmo de inteligencia artificial entrenado con una enorme cantidad de datos proveniente de varias fuentes, desde libros, artículos, revistas académicas, sitios web, etc., de tal manera que el LLM termina identificando patrones de estructura en el lenguaje humano.

Interactuar con ChatGPT resulta bastante interesante, si no es que adictivo. Uno puede encontrar respuestas para una gran variedad de temas. El mismo chatbot me explicó lo que es un LLM y cómo se entrena de una manera bastante fácil de entender. Pero no solo responde preguntas, en cierto momento parecía que tenía una conversación real con otra persona sobre algunos de los temas que trabajo, como cadenas de suministro globales, el efecto nearshoring o incluso los impactos de la electrificación del auto.

Dada la gran cantidad de fuentes con las que fue entrenado, ChatGPT puede ayudarte con campaña de marketing digital, escribir una pieza de código, o incluso “conversar” sobre temas médicos, sociales o culturales. En un momento dado de esta “conversación”, ChatGPT incluso llegó a sugerirme hasta las mejores razas de perros para adoptar en la familia. De alguna manera ChatGPT realiza en segundos lo que a muchos nos llevaría varios minutos o incluso horas, hacer en Google.

Lograr tal nivel de detalle es una tarea compleja. Se requiere no solo de una cantidad de datos, sino de un gigantesco poder de cómputo y, por tanto, de muchos recursos económicos. OpenAI es el nombre de la organización detrás de ChatGPT, una suerte de institución de investigación fundada por académicos, investigadores y emprendedores, entre ellos Elon Musk, el CEO de empresas como Tesla y Space X.

Si bien la tecnología está en fase incipiente, el potencial que tiene es enorme. Un LLM podría mejorar los servicios de atención al cliente, analizando sus reacciones y dando soporte en tiempo real. Un LLM podría también monitorear y analizar los datos provenientes de todos los sensores en el piso de manufactura y generar texto y lenguaje que permita interactuar con los operadores o supervisores de producción. Un LLM tiene además el potencial de analizar distintos procesos y generar manuales o instructivos de forma automática y certera. Un LLM podría incluso analizar grandes expedientes y documentos en segundos y generar resúmenes con los puntos más importantes, haciendo la vida más sencilla a abogados, juristas, entre otros. En pocas palabras, un LLM puede lograr lo que muchos directores de operaciones de empresas buscan: reducir costos, tiempos y brindar un mejor servicio al cliente.

Hay que ir, no obstante, con cuidado. La misma OpenAI señala las limitaciones de su chatbot que pasa por información incorrecta o sesgada, producto de los datos con los que el algoritmo fue entrenado. Un LLM tampoco puede analizar o resolver problemas de la misma forma que lo pudiera hacer una persona.

Pero, aun con estas limitaciones, esta tecnología de IA nos ofrece nuevas posibilidades y un potencial enorme en la forma de trabajar y hacer negocios para los próximos años. No dude, querido lector, que muy pronto este artículo termine siendo escrito por un LLM.

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Profesor del área de Dirección de Operaciones de IPADE Business School
 

 

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