Varios factores inciden en la compra de un auto eléctrico, pero el precio es uno de los principales elementos en la decisión y más si hablamos del segmento de volumen. Desde hace algunas semanas, el mayor fabricante de vehículos eléctricos (VE) del mundo, Tesla, inició una estrategia de reducción de precios causando una oleada de reacciones en la industria. Para muchos analistas, la estrategia obedece a un importante declive en la demanda global de coches eléctricos. Para otros, el movimiento no hace más que reflejar la mayor oferta de materias primas necesarias para la fabricación de baterías. La estrategia, en todo caso, podría significar una nueva etapa en el camino hacia la electrificación de la industria y vale la pena analizar algunas implicaciones.
En 2016, cuando el Modelo 3 fue presentado ante el público, el precio objetivo que perseguía Tesla para este vehículo era de 35 mil dólares. Se trataba de un auto que, a diferencia de los Modelos S y X, buscaba penetrar en un segmento más amplio de potenciales compradores. La estrategia solamente sobrevivió unos cuantos meses cuando el auto se empezó a comercializar y Tesla tuvo que rectificar rápidamente ante la presión de los altos costos de producción: para primavera de 2022, el Modelo 3 se comercializaba con un valor cercano a 47 mil dólares.
La situación, sin embargo, ha empezado a cambiar a partir del primer trimestre del año y varios factores parecen explicar la nueva estrategia de precios. Para empezar, China, el mercado automotriz más grande del mundo, empezó una notable desaceleración en la venta de vehículos eléctricos (VE). Tan solo en enero, se registró una caída de 8% en las nuevas matriculaciones de este tipo de autos con respecto al mismo periodo de 2022. La caída en China coincide con la reducción de los subsidios que otorgaba el gobierno en la compra de coches eléctricos.
La ralentización en la demanda de VE en China ha levantado, por otro lado, sospechas de que la oferta de litio se acerque o incluso supere a la demanda de este para la fabricación de baterías. De hecho, de acuerdo con información publicada en Trading Economics, el precio del carbonato de litio, un componente importante para la fabricación del cátodo de baterías se encuentra en niveles mínimos con respecto a los últimos 18 meses y ha caído 70% con respecto al nivel máximo que se tuvo en noviembre pasado. Un menor costo de esta importante materia prima quizá explique también la decisión de Tesla de reducir los precios de sus vehículos.
Pero esta estrategia de reducción de precios en los Modelos 3 y también se explica por algo más importante: la competencia está haciendo su trabajo y cada vez lo hace mejor. Durante los primeros dos meses del año, de acuerdo con Experian, un proveedor de servicios de información, Tesla registró en Estados Unidos un incremento de 35% en ventas en comparación con el mismo periodo de 2022. Sin embargo, su reparto de mercado cayó de un 72% observado en el primer bimestre de 2022 a 58% en el mismo periodo de este año. La competencia, por el contrario, observó un incremento de poco más de 150% en el registro de nuevas matriculaciones de VE.
A pesar de lo anterior, Tesla sigue siendo el rival a batir para todas las empresas del sector. La estrategia de reducción de precios pondrá mucho mayor presión a los demás fabricantes para reducir sus precios, pero también para afinar sus cadenas de producción. Tesla ha demostrado en los últimos tres años un gran know-how y dominio de procesos relevantes en su cadena de suministro, consolidándose como la empresa con el mayor margen operativo por vehículo, siendo este entre tres a cuatro veces más que el de la competencia.
La respuesta de los demás fabricantes en los próximos meses será clave para el sector en el camino a la electrificación. Como siempre, una competencia abierta entre empresas genera mayor innovación y tiene un gran ganador: el cliente.
Profesor del área de Dirección de Operaciones de IPA