Por DAVID FIGUEROA MÁRQUEZ
La Unión Internacional del Notariado (UINL), que agrupa a 93 países en los cuatro continentes, eligió a un nuevo presidente, en reciente Asamblea que tuvo lugar en Berlín, Alemania. Después de la presentación de los programas de trabajo de los distintos candidatos y de un proceso democrático, con el voto del 60% de los notariados nacionales asistentes, fui electo Presidente para el periodo 2026-2028 convirtiéndome, así, en el tercer mexicano en encabezarla. Mi propuesta, luego de meses de arduo trabajo, consistió en poner como ejemplo el modelo de notariado mexicano, dada mi experiencia como notario de la CDMX.
La Unión Internacional del Notariado es una organización no gubernamental fundada en 1948, a iniciativa del notariado argentino, con el objetivo de promover, coordinar y fortalecer la función notarial en todo el mundo. México tuvo el privilegio de ser país fundador, junto con otros 18 notariados visionarios que comprendieron la importancia de una institución global dedicada a garantizar seguridad jurídica y paz social.
Hoy, la UINL agrupa a 93 países, lo que significa casi la mitad de los países existentes en el mundo y la mitad de la población mundial. Su impacto económico es impresionante: representa cerca de dos terceras partes del Producto Interno Bruto global, lo que demuestra que el notariado romano-germánico no solo es una institución jurídica, sino también un pilar de estabilidad económica y social. En otras palabras, cerca de 6 mil millones de personas son atendidas por notarios y confían en nuestros servicios; y casi 19 billones de dólares constituyen el producto interno bruto de las naciones cuyos notariados integran esta organización. De ese tamaño es la dimensión de la responsabilidad de los notarios.
El programa de trabajo que guiará mi presidencia se estructura en cinco ejes estratégicos que orientan la acción del notariado con responsabilidad y sentido humano:
1.- Eje económico: promover el reconocimiento social y gubernamental del valor de la función notarial como generadora de certeza jurídica, formalización de la propiedad, impulso empresarial y combate al lavado de dinero.
2.- Eje de derecho y justicia: fortalecer los medios alternativos de solución de controversias como una competencia moderna y humanista del notariado.
3.- Eje institucional: impulsar una UINL más ágil, descentralizada y participativa, con mayor protagonismo de los colegios nacionales y canales efectivos para los adherentes individuales.
4.- Eje tecnológico: incorporar de forma ordenada y ética herramientas como la inteligencia artificial, la digitalización y la ciberseguridad, preservando los principios y el factor humano de la profesión.
5.- Eje internacional: consolidar alianzas con organismos regionales y globales —como la ONU, OCDE, GAFI, Banco Mundial y FMI— para posicionar al notariado como aliado en la implementación de tratados y políticas públicas en favor de la legalidad, la paz y el desarrollo.
La elección a la presidencia no fue un logro individual, sino el resultado de un esfuerzo colectivo. Por ello quiero expresar mi agradecimiento al Colegio de Notarios de la CDMX, a los colegios y consejos de notarios de todo el país y a los colegas notarios mexicanos que confiaron en mi persona y que aportaron su experiencia, su entusiasmo y su respaldo decidido.
Durante este proceso, visité numerosos países y conocí de primera mano la realidad y las necesidades de cada notariado. En cada encuentro descubrí que, más allá de las diferencias culturales o jurídicas, compartimos los mismos valores: la defensa de la legalidad, el servicio al ciudadano y la convicción de que la fe pública es una herramienta para la paz social.
Esa cercanía permitió construir puentes de entendimiento y fue una oportunidad de aprendizaje y, por qué no decirlo, de gran asombro. Descubrimos, muy venturosamente, que hay notariados que han construido historias de éxito que merecen ser contadas a todo el mundo, como es el caso de su adaptación al uso de la tecnología y a la disponibilidad de información y servicios en línea, lo que representa un verdadero y significativo impacto en la reducción de costos y tiempos en la realización de trámites. Una experiencia sobre la cual muchos notariados, debiéramos de informar.
En ese mismo sentido, pudimos observar en otros tantos países, cómo el uso de la tecnología es fundamental para la prevención del lavado de dinero y de los delitos con él relacionados. Sin duda muchos temas que debemos tener en mente para lograr que todos los notariados del mundo alcancemos niveles óptimos de funcionalidad en beneficio de la gente, ante las circunstancias que nos presenta el uso de la tecnología y de la información en la modernidad que vivimos.
Adicionalmente, uno de los resultados más alentadores de esta experiencia es que la participación de los notarios mexicanos se incrementó notablemente. Cada vez más colegas se han venido involucrando en los espacios internacionales. Por una parte, esto permite que con su voz y experiencia puedan contribuir a un notariado mundial más fuerte y más humano; y por la otra, nos hace conscientes y sensibles para comprender que “no vivimos en una isla” y que, por lo tanto, los derroteros seguidos por el notariado en la actualidad en el mundo influyen y se relacionan, de manera sustancial, a la actividad notarial de nuestra práctica diaria, en beneficio de nuestras comunidades.
Este triunfo es de México, de sus notarios y notarias, y de todos aquellos que creen que el derecho, cuando se ejerce con ética y vocación, puede transformar vidas y construir sociedades más justas.
Presidente electo de la Unión Internacional del Notariado (UINL).

