Por: Odette Ferrer Aldana

Cada 23 de marzo, en el calendario global de efemérides, aparece el Día Mundial de la Meteorología. Esta es la fecha que conmemora la entrada en vigor del Convenio por el que se creó la Organización Meteorológica Mundial (OMM), organismo de las Naciones Unidas que se encarga de la meteorología a nivel global.

La meteorología es la ciencia que estudia la atmósfera, el clima y el tiempo, y los fenómenos que ocurren en ellos. Su objetivo es predecir el estado del tiempo en un lugar y momento específicos. En México el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) está a cargo de la Conagua.

En un mundo saturado de días internacionales - desde el día del café hasta el de la piñata - podríamos preguntarnos: ¿realmente necesitamos un día para hablar del clima? La respuesta, en este 2025, es un rotundo sí.

El año 2024 cerró como el más caluroso de la historia registrada. No fue sorpresa, fue la confirmación de la tendencia que los científicos nos han advertido durante décadas. En México, el clima ya no es solo un tema de conversación en los elevadores; se ha convertido en una cuestión de supervivencia.

En septiembre de 2024 Acapulco fue golpeado fuertemente por el huracán John, que dejó muertos, inundaciones y múltiples daños en el puerto, cuando aún no alcanzaba a recuperarse del huracán Otis, ocurrido en octubre de 2023. Mientras tanto, el norte de México se cocinaba bajo temperaturas récord que llegaron a superar los 50°C en Sonora, con apagones y crisis hídricas. Por si fuera poco, la sequía secó presas y dejó a muchas comunidades sin agua potable.

Pero los desastres "naturales" no existen. Existen fenómenos meteorológicos y climáticos que, combinados con la falta de planificación, urbanización descontrolada y negligencia, se convierten en desastres. Aquellos que pierden sus hogares debido a inundaciones o los desplazados climáticos de las costas mexicanas por el aumento del nivel del mar, no son víctimas de la "naturaleza", sino de la falta de acción y prevención.

Desde la COP16 en Cancún hasta la COP29 en Bakú, las negociaciones climáticas han evolucionado, pero no lo suficientemente rápido. En 2025, solo 108 países han adoptado sistemas de alerta temprana multirriesgo (MHEWS, por sus siglas en inglés), a pesar de que el Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres cumple ya una década. ¡Diez años y seguimos sin entender que la planificación salva vidas!

El día de la meteorología no es solo una celebración de los avances científicos y de escuchar monótonamente de voces científicas los futuros impactos del cambio climático, sino un llamado a la acción. Para afrontar los desafíos de este año y los que siguen, es crucial:

1) Invertir en infraestructuras resilientes,

2) Fortalecer las agencias meteorológicas y

3) Asegurarnos de que los sistemas de drenaje, urbanismo y emergencia estén preparados para lo inevitable.

La información climática es un activo valioso para la seguridad, la economía y la vida misma. No se trata de esperar al próximo huracán o a la siguiente sequía para que nos caiga el “veinte”.

El tema del Día Meteorológico Mundial para 2025 es "Juntos, reduzcamos la brecha en los sistemas de alerta temprana". Este 23 de marzo, no sólo celebremos la meteorología: hagamos que importe.

Estudiante de Licenciatura en Ciencia Política y Relaciones Internacionales en el CIDE.

Únete a nuestro canal ¡EL UNIVERSAL ya está en Whatsapp!, desde tu dispositivo móvil entérate de las noticias más relevantes del día, artículos de opinión, entretenimiento, tendencias y más.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Comentarios