Durante la campaña en contra y a favor del Brexit en Inglaterra, un pancartista británico marchó con un letrero: Politicians are like sperm. One in a million turns to be human (“Los políticos son como los espermatozoides. Uno entre un millón se transforma en ser humano”). No sé si el pancartista era médico o simplemente estudioso de la política mundial, aunque sospecho, por el humor, y por la realidad, que era de origen mexicano. El desprecio hacia los políticos se ha convertido en una epidemia global: muy pocos son respetados. Una epidemia para la cual no conozco ni médico ni profesor de Ciencias Políticas ni religioso con la capacidad de eliminarla, exceptuando, ¡faltaba más!, a los grandes empresarios vendidos al poder político.
En México no hay político que no apele a la moral, a la ética y a la educación. Todos dedican largas y vacuas palabras al tema. Podrá decirse recurriendo a la cotidianeidad, que uno de los requisitos fundamentales para pertenecer al andamiaje político mexicano es hablar sobre moral, prometer justicia, y encarcelar, cuando asumen el mando a sus pares corruptos de “los otros” partidos. En síntesis: a la mayoría de los políticos mexicanos parecería que les importa la moral y la educación… de no ser así, no serían políticos mexicanos.
A solicitud de Jaime Torres Bodet, secretario de Educación Pública, Alfonso Reyes (1889-1959) escribió, en 1944, Cartilla moral, texto donde el escritor y diplomático regiomontano, fundador del Colegio Nacional y Premio Nacional de Literatura (1945), expone sus ideas sobre moral y educación. Comparto algunas:
1. Prefacio: “Estas lecciones fueron preparadas al iniciarse la ‘campaña alfabética’… están destinadas al educando adulto, pero también son accesibles al niño… Dentro del cuadro de la moral, abarcan nociones de sociología, antropología, política y educación cívica”.
2. El hombre debe educarse para el bien. Esta educación, y las doctrinas en que ella se inspira, constituyen la moral.
3. El bien no puede confundirse con nuestro interés particular en este o en otro momento de la vida.
4. Las palabras “civilización” y “cultura” se usan de muchos modos. Algunos entienden por “civilización” el conjunto de conquistas materiales, descubrimientos prácticos y adelantos técnicos de la humanidad. Y entienden por “cultura” las conquistas semejantes de carácter teórico o en el puro campo del saber y del conocimiento… Cuando se pierde de vista la moral, civilización y cultura degeneran y se destruyen a sí mismas.
5. Todos los hombres son igualmente dignos en cuanto a su condición de hombres, así como todos deben ser iguales ante la ley.
6. El primer grado del respeto social se refiere a la sociedad en general, a ser dueño de sí mismo… El segundo grado del respeto social se refiere a la sociedad organizada en Estado… Este grado es el respeto a la ley.
7. La patria es el campo natural donde ejercitamos todos nuestros actos morales en bien de la sociedad y de la especie.
8. En los individuos y en los pueblos, el no perder de vista la moral significa el dar a todas las cosas su verdadero valor… y servir, ante todo, a la patria.
A vuelapluma reproduje algunas citas de Cartilla moral. Las ideas de Reyes deberían ser vigentes. No lo son. Lo que en cambio es vigente es la falta de ética y la amoralidad de nuestros políticos. En vez de Reyes siguen a Gonzalo N. Santos (1897-1978), siniestra figura de la política (PRI), quien ante la pregunta ¿Qué es la moral?, respondió: “La moral es un árbol que da moras”. O bien, para no menospreciar a Carlos Hank González, recuerdo su máxima: “Un político pobre es un pobre político”.
Reyes murió. Le apenaría observar lo que sucede en su México.
Médico y escritor