Una súplica queridas y queridos lectores: ya no llamen Andy a Andy. Aunque les cueste un poco más de trabajo deben llamar a Andy como el señorón Andrés Manuel López Beltrán. No Andy, no Andrés, no Andrés López, no AMLito, sino Andrés Manuel López Beltrán. ¿Entendido?

Decirle Andy a Andy es demeritarlo y no reconocerle todo el trabajo que hecho por México y por la democracia y por México, recuerde que nos prestó por seis años a todos los mexicanos a su señor padre, el mejor presidente que este país ha tenido.

Foto: Diego Simón Sánchez / EL UNIVERSAL
Foto: Diego Simón Sánchez / EL UNIVERSAL

Se preguntará porqué este Arlequín confianzudo le llama Andy a Andy, desde luego no es para demeritarlo, sino porque al igual que lo ha dicho el diputado Ricardo Monreal, considera que Andy es un muchacho que ha sufrido mucho y es una persona a la que se le puede querer muy fácilmente.

“Los conozco desde muy pequeños a los tres. Conozco a Gonzalo, a José Ramón y conozco a Andy, así lo he llamado indistintamente Andrés, a veces le digo Andrés y a veces le digo Andy. Ellos sufrieron bastante. Los conocí en 1987, y los tres sufrieron el estigma muy fuerte de su padre, que fue presidente de México; pero también sufrieron el estigma de ser uno de los líderes más perseguidos por el gobierno cuando encabezaba la lucha social, y sufrieron este estigma de la ausencia del padre, física, y después, a los años, muy jóvenes, muy niños, la ausencia de su madre, Rocío. Entonces, se han formado con carácter y se han formado en la lucha social, y me parece que haber usado este exceso y este embate, no es correcto”, dijo Monreal.

Y si alguien sabe de los estigmas que pueden sufrir los familiares de los políticos, es Ricardo Monreal, quien tiene a toda su parentela en puestos públicos.

Foto: Archivo El Universal
Foto: Archivo El Universal

Y si aún no ha soltado usted las lágrimas, solamente piense lo que sufre el pecho del pobre y sufrido muchacho cuando le dicen que es un Andy de tantos, a él, que carga sobre su espalda el legado del libertador AMLO, quien libró y liberó a la patria del yugo del neoliberalismo y de los malos gobiernos fifís.

Además, como decía la abuela de este Arlequín: nunca hay que ponerles apodos a las personas, porque acaban por quedárseles para siempre en lugar de sus nombres. Y vea la sabiduría de sus palabras, pues al propio padre de Andy se le sigue diciendo hasta la fecha “El Peje”, y dentro de Morena, al expresidente Felipe Calderón ya nadie lo llama por su nombre, sino por el mote de “comandante Borolas”. Lo mismo en casos más antiguos, como el de Gustavo Díaz Ordaz, “El trompudo”, o Carlos Salinas de Gortari, “El innombrable”.

“Yo me llamo Andrés Manuel López Beltrán, y mi más grande orgullo es llamarme como el mejor presidente que ha tenido este país, el llamarme Andy es demeritar eso, quitarme ese legado, quitarme ese nombre”., dijo Andy en un conmovedor podcast producido por Morena y conducido por la presidenta del partido, Luisa María Alcalde, que le recomiendo no ver si es usted de lágrima fácil o corazón de pollo, pues es verdaderamente sobrecogedor, ver como un hijo pelea por hacer valer el nombre que su padre, y la historia, le confirieron.

Andrés Manuel López Beltrán, secretario de Organización de Morena. Foto: Captura de pantalla.
Andrés Manuel López Beltrán, secretario de Organización de Morena. Foto: Captura de pantalla.

Además, si se pone un alto, esta práctica podría repetirse y todos los políticos estarían expuestos a que los llamaran con apodos. Por ejemplo, cambiar el gallardo nombre de don Gerardo Fernández de Noroña, simplemente por Noroña o Changoleón sería un despropósito, lo mismo que llamarle por siempre “Alito”, al muy decente presidente del PRI, Alejandro Moreno o el “Drácula de Tabasco” al senador morenista y exsecretario de Gobernación, Adán Augusto López.

A Andy lo quieren bocabajear, pero sepan que no está solo, que hay muchos hijos que lo apoyan en su lucha, por ejemplo: el hijo del Santo y Blue Demon Jr.

Una última y muy atenta petición, por favor, ya no le diga Andy a Andy pues van a traumar a esta inocente criatura casi cuarentona.

ME CANSO GANSO. - ¿Y si no le dejan de decir Andy?

Aunque, seguramente, todos harán caso y dejarán de llamar Andy a Andy, lo mejor sería tener un plan B para el 2030 y comenzar a pensar en las frases que marquen su campaña presidencial en el 2030, si es que Dios, y la tómbola, así lo quieren. Podría ser algo muy original, algo que demuestre que no es necesario usar el nombre de su padre para que el pueblo lo apoye, quizá algo como “Es un honor estar con Andy hoy” o “Ni junior, ni dandi, que viva Andy”.

Me Canso Ganso Exprés: Andy, ¡yo soy tu amigo fiel, yo soy tu amigo fiel, y si un día, tú te encuentras lejos, muy lejos de tu lindo hogar tabasqueño, cierra los ojos y recuerda que yo soy tu amigo fiel, sí yo soy tu amigo fiel…!

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