Por Arlequín
No pase apuro. La Cuarta Transformación no permitirá que uno de los suyos manche toda la obra. Aunque algunos conservadores, adversarios del nuevo régimen, han dejado correr la especulación de que se mantendrá en el cargo al embajador de México en Argentina, Ricardo Valero, quien se robó un libro de “El Ateneo”, una popular librería en Buenos Aires, los preceptos que enarbola el Presidente – austeridad, honradez, honestidad- distan del comportamiento de la oveja que se descarrió del redil.
Piénselo con detenimiento, no habría razón alguna para que el Presidente Andrés Manuel López Obrador no ordenara el cese del diplomático. El bochornoso hecho, que fue captado por las cámaras del lugar y que motivó la intervención de la policía, fue trasmitido una y otra vez por los medios de comunicación en todo el globo y esto conlleva un mayúsculo desgaste de la imagen de México en el exterior.
Sí, es cierto que don Ricardo Valero es un hombre designado por el Presidente, que es su recomendado. También es cierto que, tras conocerse el hurto, el mandatario lo llenó de elogios. Dijo que era un gran diplomático y que un error cualquiera lo comete, pero además de todos los calificativos anteriores, el embajador es un ladrón y recuerde que en la Cuarta Transformación uno de los principales mandamientos es no robar.
Así que ni lo sueñe, el Presidente nunca permitiría que un miembro de su administración, y mucho menos un plenipotenciario suyo sea un ladrón y se salga con la suya. En la 4T, entiéndalo de una vez por todas, no hay amiguismo o compadrazgo alguno que valga. El ladrón es ladrón, así se robe un libro de 189 pesos o millones de pesos del erario.
Además, imagínese que en un hipotético caso el Presidente perdonara la deleznable falta del embajador Valero, ¿cómo quedaría el canciller Marcelo Ebrard que al conocer del caso y sin importarle que se tratara de un diplomático, con recomendación directa de AMLO, dijo que si el video en el que aparece birlándose el libro es real, Valero sería cesado?
“He solicitado al Comité de Ética analice el caso del embajador en Argentina acusado de robar libros en (una) famosa librería. Por lo pronto he ordenado (que) regrese a casa. De comprobarse que el video es veraz será separado del cargo inmediatamente. Cero tolerancia a la deshonestidad”, sentenció el canciller.
Con esa contundencia no hay manera de que el embajador la libre. Si todos los miembros del Honorable Comité de Ética de la Secretaría de Relaciones Exteriores tienen su par de ojos en su lugar, incluso con uno solo basta, podrán ver como el embajador se roba el libro con una técnica casi perfecta. Pero como todo ladrón, comete un error, en este caso pueril, pues no calculó que la librería está llena de cámaras de vigilancia, y que a los ejemplares les ponen un sensor que activa una alarma sonora cuando cruzan el umbral de la puerta del local.
Don Ricardo no tomó en cuenta que él no es el único que se ha intentado robar un libro... Quizá sí es el único embajador que lo ha hecho, pero no contempló que hay elementos tecnológicos básicos para impedir la labor de los amantes de lo ajeno. ¡Vaya desventura!
Pero regresando la página a la idea central –recurso muy adecuado si se habla de libros- , la contundencia de las pruebas y la advertencia del canciller de que sería cesado, no haría posible que el Presidente ignorara los postulados de la 4T y dejara ir impune al ladrón.
Lo que sí mostraría cierto grado de dignidad es que el propio Valero presentara su renuncia y saliera del cargo como trompo chillador. Ese acto le ahorrará a su amigo el Presidente la decisión de correrlo por ladrón; es decir, su honradez ya quedó hecha pedazos, pero aún puede salvar la dignidad.
Otra idea que ronda en las malsanas mentes fifís de algunos neoliberales opositores a la 4T es que el Presidente lo sacara de la embajada para designarlo en algún otro cargo. Este escenario parecería inaceptable, pues el que roba en Argentina lo puede hacer en México.
Imagínese si lo saca de la embajada y le consigue un trabajo en el Fondo de Cultura Económica, con el camarada Paco Ignacio Taibo II. Don Paco Ignacio no tendría descanso pues gran parte de su tiempo lo invertiría en cuidarle las manos a Valero.
¿Y qué tal si a don Ricardo no solo le gusta volarse los libros, sino otras cosas? Prácticamente no habría oficina de gobierno en la que pudieran, con confianza, dejarlo solo.
No crea usted que todos estos escenarios no han pasado por la mente del Presidente, así que la lógica y los principios, que es lo que más se precia de cuidar AMLO, no permitirían que el embajador siguiera en la nómina del gobierno y menos en el gobierno de la 4T, donde, va de nuez, no se roba, no se miente, ni se tolera la corrupción y mucho menos los actos ilegales. ¿A caso no se acuerda usted de las sabias palabras del guía máximo de la Cuarta Transformación que dijo: “Al carajo la delincuencia. Fuchi, guácala”?
Algunos neoporfiristas han criticado la tardanza del gobierno en despedir a Valero, pues argumentan que el hecho sucedió en octubre, aunque fue hasta diciembre cuando se hizo viral con la difusión del video. Puede que más que un acto de dilación para tratar de que bajaran las aguas, y que quizá el caso no se hiciera público en Argentina, como acabó sucediendo, en realidad se haya tratado de un retraso estratégico para semejante dilación internacional.
Mire, le explico: en días pasados se celebró en México, específicamente en Guadalajara, la Feria Internacional del Libro; ¡imagine lo que hubiera podido pasar si el embajador Valero hubiera estado suelto y sin chamba en el país! Imagine todos esos libros ahí, ese banquete esperando que alguien llegara con un periódico doblado por la mitad para poder esconderlos y salir del recinto ferial sin pagar… Hubiera sido un verdadero paraíso, un gran festín para un hábil y conspicuo ladrón internacional de libros.
Además, quizá el tiempo que se han tomado en decidir la salida del gobierno del embajador Valero posiblemente responda a que el secretario de Seguridad Pública, Alfonso Durazo, está preparando miles de carteles con la foto de don Ricardo para pegarlas en todas las sucursales de Sanborns, Gandhi, El Péndulo, y demás librerías de prestigio, así como en todas las bibliotecas públicas del país. Pues nada más faltaría que a la ola de inseguridad que se vive en México, ahora, se sume un incremento en el robo de libros...
Una vez enterado de estos argumentos estará usted de acuerdo que no hay duda de que el embajador Valero será despedido, pero si aún su cabecita conservadora cree que el Presidente no lo hará, se aceptan apuestas.
¿Apuesta algo?
ME CANSO GANSO
NOCAUT A FELIPE CALDERÓN.- Como en las buenas peleas de box, bastó un golpe bien puesto para dejar en nocaut a quien se había convertido, a falta de partidos de oposición, en el principal crítico del Presidente López Obrador. ¿Cómo explicar que el expresidente Felipe Calderón tenía encomendada la seguridad y la procuración de justicia del país a dos personajes que hoy enfrentan serias acusaciones? El primero, Genaro García Luna, nada más y nada menos, fue detenido y acusado por Estados Unidos de trabajar para el narcotráfico. El segundo, Eduardo Medina Mora, quien tuvo que dejar su lugar como poderoso ministro de la Suprema Corte tras la revelación de lo inexplicable de su fortuna.
Con estas joyitas, los casos de la 4T como el de Manuel Bartlett, su millonaria fortuna en inmuebles y sus conflictos de interés son cosa de nada. Frente a Genaro García Luna y Eduardo Medina Mora, Manuel Bartlett es un niño de pecho, diría un famoso filósofo de Macuspana que habla despacito.
ME CANSO GANSO II
TERNURA.- “Yo tengo mis serias dudas de si él, con todo el despiste del mundo, compró varios CD´s y no pagó el libro y cuando salía de la librería sonó la alarma… Entonces, yo tengo mis serias dudas si por un libro él puede arriesgar toda una carrera y el prestigio como el que tiene”. (Olga Sánchez Cordero, secretaria de Gobernación, en relación al caso del embajador Valero)