Chicago, Illinois. – No hay nada como apreciar las cosas con un ojo crítico y distante que permite observar hechos y fenómenos con objetividad, es un privilegio que da vivir en el extranjero y observar las “maravillas” cotidianas durante mi reciente visita a la CDMX.
Vi cómo la candidata del oficialismo pregona ser experta en cuidado ambiental, en contubernio con un partido-negocio que es todo menos ecologista. Quizá la señora tenga credenciales académicas, pero hay que recordar su expediente para conocer al personaje.
Ella fue la encargada del desarrollo y construcción de los segundos pisos en la CDMX, proyecto de infraestructura relevante enfocado en el uso del automóvil. Nada ecologista al respecto. Sin mencionar la opacidad financiera del proyecto, los segundos pisos no benefician a las clases populares, ni promovieron la sustentabilidad. De hecho, privilegian la movilidad de quienes más tienen al ser opciones que requieren pagar peaje.
Recientemente, usté ha sido comparsa de su mentor político quien implementó una política energética enfocada en opciones altamente contaminantes, como la quema de combustóleo y que ha frenado inversiones y operaciones de proyectos generadores de energía limpia. Y qué decir de la profundización de la estupidez al prometer construir una segunda refinería, en tiempos en que los combustibles fósiles van de salida.
Como persona inteligente, entiende sus contradicciones, pero se traga los sapos que sean necesarios con tal de hablarle bonito a ese elector, el único, el que importa, para que la lleve de la manita a sucederlo en la presidencia.
Hay que tener cara dura para venderse como liebre para, en realidad, darle gato a la ciudadanía. Así como hay que ser desvergonzado para colocar su publicidad electoral en la línea 12 del Metro, donde ocurrió la tragedia que su gobierno y sus antecesores gestaron con incapacidad e irresponsabilidad.
En sus comerciales de televisión habla de la maravilla que dejó su administración en la CDMX, pensé que se refería a Ámsterdam, hermosa ciudad con canales turísticos que he visitado. Pero es claro que ignora lo que pasa en casa. Las viviendas cercanas al Embarcadero de Nativitas, en Xochimilco, también con canales patrimonio de la humanidad (sic), cuentan con herrería defensiva, objetos punzocortantes y alambre concertina (con navajas), para que los amantes de lo ajeno no invadan para robar.
El caótico paisaje urbano es el de mini fortalezas que emulan los muros de un reclusorio, una filosa agresión al tacto y a la vista para que el ciudadano común “viva en paz y seguro”.
Y ya que usté y su protector toman crédito de los logros de antiguas civilizaciones y usan estos méritos como agitadores del orgullo nacional, haría bien en enterarse sobre las pandillas de motociclistas que aterrorizan la zona de embarcaderos de Nativitas, de día, noche y madrugada, para hacer “caballitos y otras piruetas,” ocasionando que quienes ahí pagan impuesto predial no compren ni el privilegio de conciliar el sueño, todo ante la incapacidad de la alcaldía.
Finalmente, dice ser la heredera de la “honestidad valiente”, sin embargo, una de las suyas acaba de denunciar presiones en Notimex para dar “moches” a su campaña presidencial. La acusación levantaría dudas si no fuera porque en su partido de piel cobriza los delincuentes electorales son premiados con gobernaturas, como ocurrió en el Estado de México, o gozan de impunidad total como los hermanos de su mentor que fueron captados en videos recibiendo “aportaciones al movimiento” en efectivo, al estilo de los mafiosos.
Como sabe, el significado en inglés de la palabra “shameless”, es sinvergüenza, en otras palabras, la ausencia de pudor y el exceso de cinismo. Por lo que vi al visitar mi amada ciudad natal, el concepto la define perfectamente, usté es Claudia, #ClaudiaShameless.