La pandemia de Covid-19 ha intensificado las desigualdades de género previamente existentes. Los nuevos retos implicaron un retroceso en los avances hacia la equidad. Los impactos diferenciados del Covid-19 entre hombres y mujeres se ven reflejados en tres aspectos principales.
Primero, la pérdida del ingreso, ya sea por el cierre forzado de un negocio o el despido de una compañía. Asimismo, algunas mujeres han tenido que renunciar a su trabajo para poder atender las nuevas necesidades domésticas por la suspensión de clases presenciales.
De acuerdo con el Instituto Mexicano del Seguro Social, en el primer semestre de 2020 se perdieron un poco más de 1 millón de empleos formales, mientras que en el sector informal se estima que el impacto podría haber sido de hasta 10 millones de empleos. Está claro que las tasas de desempleo aumentaron, pero el desempleo femenino se duplicó. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, en marzo de 2020 la tasa de desocupación femenina era de 3% y en julio había subido a 6.3%. Este incremento de 110% representa a más de un millón de mujeres.
Segundo, las mujeres enfrentaron una carga adicional por ser las principales encargadas de la educación en casa. Además de tener responsabilidades laborales y domésticas, tuvieron que convertirse en maestras. Asimismo, se intensificaron labores de cuidado de personas de la tercera edad y con capacidades diferentes. En promedio, por cada hora que un hombre dedica a labores de cuidado, una mujer dedica tres. El trabajo de cuidado de las mujeres aumentó en la pandemia porque, según el Instituto Nacional de las Mujeres, la suspensión de clases a nivel básico hizo que casi 25 millones de alumnos se quedaran en casa.
Tercero, el confinamiento ha incrementado la violencia contra mujeres y niñas al permanecer más tiempo encerradas con el agresor. Desde el inicio de la pandemia aumentaron los asesinatos de mujeres, el abuso sexual, las llamadas de auxilio y la apertura de investigaciones penales por violencia familiar. De marzo de 2020 a julio de 2021 se registraron mil 345 feminicidios y 337 mil 33 delitos de violencia familiar. En mayo de 2021, se rompió un record de llamadas al 911 para denunciar incidentes de violencia: 27 mil 751 registros. Lamentablemente, la respuesta de las iniciativas públicas no ha estado a la altura de la gravedad del problema.
Al exacerbar las desigualdades, es importante atender la crisis ocasionada por el Covid-19 desde una perspectiva de género. Además de ser un asunto de salud pública, la pandemia también ha impactado a las mexicanas en los ámbitos social y económico. Es importante la salud física de las mujeres, pero también apoyarlas en la recuperación económica, la salud mental y emocional, así como el bienestar integral.
La pandemia nos ha puesto enfrente enormes retos, pero también es una oportunidad para aprender de los errores y proponer nuevas soluciones para viejos problemas. Los derechos humanos y la equidad deben ser prioridad para la reconstrucción de una sociedad más justa.