Pese a que la “Fotografía Daguerre” continuó, José Martínez Castaño, el dueño, comenzó a demostrar otros intereses más enfocados en la vida social, por lo que fue delegando su oficio a su hijo Guillermo y a su hermano Valentín. De hecho, en alguna ocasión este último pidió los derechos de propiedad artística de una instantánea denominada “Vista Panorámica de la Ciudad de Puebla”. Además, Valentín y Guillermo participaron en la constitución de la Asociación de Fotógrafos de México, Sociedad Mutualista, el 15 de junio de 1926, mientras que de José no hubo rastro en el evento.

Con el tiempo la prensa dio cuenta de la vida bohemia de José. Desde principios de la centuria, adquirió el Tívoli Veneciano, salón de baile que contaba con billar, boliche, restaurante y cantina, ubicado en la calle Popotla, en Azcapotzalco. Seguramente en sus instalaciones conoció a los miembros que integraron el grupo “Estar contentos”. Dicha agrupación había sido fundada por el poeta José de Jesús Núñez y Domínguez y se reunía mensualmente “para comer y beber a gusto y practicar la esgrima del ingenio y el buen humor”. Celebraban cumpleaños, santos y otras ocasiones especiales, además, sus convites eran muy concurridos y anticipados.

Entre sus afiliados se encontraban profesionistas de diferentes áreas como abogados, escritores, pintores, músicos e ingenieros. El poeta Rubén M. Campos fue uno de los integrantes más destacados, incluso dedicó unos “ovillejos búquicos” al antiguo fotógrafo: “¿Quién mamó desde bebé, / José / y andaba de calcetines / Martínez / gateando todito el año? / Castaño. / Para que no te haga daño / comer bien y beber fuerte, / enséñale esto a la muerte. / José Martínez Castaño”.

Foto: Especial
Foto: Especial

Fuera de este círculo, también era invitado a otras reuniones: “Ayer, 12 de julio, y según costumbre de los segundos jueves de cada mes, se reunieron en el salón Imperio del restaurant Gambrinus. […] El banquete revistió el carácter fraternal, reinando en él grande animación. La mesa estaba adornada con flores y los comensales disfrutaron […] trozos musicales”.

Martínez Castaño también fue conocido por su bondad, luego del desastre por la erupción del volcán Pelée, en la isla Martinica, pues mostró su solidaridad al prestar el Tívoli para realizar una kermés de entrada libre para recaudar fondos para los damnificados.

Los años 30 significaron la decadencia tanto para José como para la “Fotografía Daguerre”. El gusto por la bebida finalmente hizo estragos en el bohemio, quien murió el 15 de mayo de 1939, en Tláhuac, a causa de la cirrosis hepática, a los 72 años. Por su parte, la sucursal fue demolida, en su lugar se levantó el rascacielos de la aseguradora “La Nacional”, inaugurado a finales de 1932.

El taller se mudó al lote inmediato, no obstante, en 1949, el edificio corrió con la misma suerte: fue demolido para construir el anexo de la Compañía Nacional de Seguros, conocido como “La Nacional II”, marcando así el fin de esta casa fotográfica. Actualmente ambas construcciones siguen en pie, en su interior se alojan algunas tiendas departamentales y cafés, y se encuentran ubicadas sobre lo que es hoy Eje Central Lázaro Cárdenas y Avenida Juárez, frente al Palacio de Bellas Artes.

Estos hechos nos recuerdan una vez más las veleidades de nuestra historia. A la “Fotografía Daguerre” ya casi nadie la recuerda, el nombre de José Martínez Castaño se diluyó y ninguna de sus imágenes forma parte del catálogo de fotógrafos relevantes de la Revolución Mexicana.

Únete a nuestro canal ¡EL UNIVERSAL ya está en Whatsapp!, desde tu dispositivo móvil entérate de las noticias más relevantes del día, artículos de opinión, entretenimiento, tendencias y más.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Comentarios