La narrativa del chileno Benjamin Labatut incursionó con fuerza en el panorama literario de la mano de "Un verdor terrible" (2020), libro de ficción científica en el cual convergen la intención divulgativa, la reflexión ética y el ensayo narrativo; a la vez que se muestra al lector la ominosa relación existente entre genio y locura que habita en el mundo psíquico y moral de algunos de los científicos más importantes del siglo XX.

Su consagración como autor contemporáneo llegó con "Maniac" (2023), novela que tiene por hilo conductor la biografía del matemático John von Neumann, y que le permite a Labatut ahondar en las discrepancias de la ciencia y la razón, en episodios tétricos que nos llevan a repensar nuestro lugar hegemónico entre las especies habitantes de este planeta.

Aunque ambas obras son de una calidad excepcional, la poética de Labatut encuentra su expresión más diáfana en dos breves ensayos publicados bajo el título "La piedra de la locura", en los cuales se explican las dificultades que el desarrollo científico acarrea para nuestra comprensión cotidiana de la realidad. Hans Blumenberg escribió al respecto: “La representación de la ley de la naturaleza había sido concebida, desde sus orígenes, como una barrera a la actuación demiúrgica del hombre; ahora se convertía en su habilitadora, al revelarse la ley de la naturaleza como la quintaesencia de aquellos conocimientos que permitían al ser humano llevar a cabo incluso […] lo que la propia naturaleza en su existencia dada no propiciaba ni ejecutaba”.

Ángel Gilberto Adame
Ángel Gilberto Adame

Partiendo de una premisa de H. P. Lovecraft, según la cual es un privilegio natural la incapacidad de la mente humana para relacionar todos sus contenidos, Labatut analiza en el primer ensayo cómo las grandes teorías de la ciencia moderna —mecánica cuántica, teoría del caos— se imantan en la imaginación de las colectividades, desarrollando en ellas un creciente sentido de desolación: “Si podemos decir que aquello que conocemos se expande a la velocidad de la luz, lo que no somos capaces de entender crece a la velocidad de la sombra; una que no es constante, sino que aumenta de forma exponencial […]. Sin importar nuestras creencias, hoy todos desconfiamos del orden, de cualquier tipo de orden”.

El escepticismo que las nuevas realidades teóricas infundieron en la idea de progreso es otro de los temas que el autor andino aborda con cierta ironía: “Nunca debemos olvidar que la ciencia no es únicamente un método: también es un delirio metafísico […], que la verdad y la locura pueden ser síntomas de la misma enfermedad y que el precio que pagamos por el conocimiento es la perdida de la comprensión”.

El segundo texto comienza con una descripción del cuadro de El Bosco bautizado "Extracción de la piedra de la locura", a lo largo del cual Labatut se pregunta insistentemente si el hombre que es sanado de su delirio mediante un procedimiento inverosímil es en verdad el enfermo mental o si lo es el sacerdote en éxtasis que dirige el ritual. Foucault también había advertido esa semejanza en su "Historia de la locura en la época medieval": “El famoso doctor del Bosco está mucho más loco que el paciente que intenta curar, y su falso conocimiento no hace más que revelar los peores excesos de una locura que es inmediatamente evidente para todos, excepto para él mismo”.

Las fronteras de la razón desgarrándose son el signo de nuestra época que subyace en la obra de Labatut y la hace, sin duda alguna, digna de lectura y análisis.

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