Para Alejandra Ibarra Chaoul, la censura que padecen los medios de comunicación es más palpable que nunca. Cada día los periodistas son víctimas de todo tipo de agresiones: acoso, privación de la libertad, vías de hecho e incluso el asesinato. Y esta tendencia va en aumento.
En la búsqueda de documentar esta ola de abusos, Ibarra Chaoul publicó "Causa de muerte: cuestionar al poder. Acoso y asesinato de periodistas en México", bajo el sello Aguilar. De esta manera, a través del análisis de cuatro distintos casos de homicidio se intenta entender el motivo de la violencia contra el gremio.
En el juicio de Joaquín Guzmán Loera, Ibarra Chaoul adquirió notoriedad. En la Corte de Brooklyn únicamente había tres mexicanas de 29 años. Una era Emma Coronel, esposa del capo; la otra, Lucero Sánchez, examante y testigo de cargo; la tercera, ella misma. Así, después de cubrir durante tres meses el caso, escribió "El Chapo Guzmán. El juicio del siglo", su primer libro.
Las cuatro historias sobre las que versa "Causa de muerte" corresponden a la de un reportero local que se desenvolvía en las redes sociales, un cronista de alcance nacional, un defensor ciudadano y un grupo de locutoras de radio, cuyo eje común consistía en transmitir a sus respectivas comunidades algunos de los problemas que les afectaban en lo cotidiano y a denunciar a quienes los causaban, usualmente funcionarios públicos, habitantes de sus propios municipios, o el crimen organizado.
Según la autora, su trabajo busca proponer nuevas hipótesis, abandonando “la explicación floja y generalizada que responsabiliza al ‘narco’, ese ente amorfo y omnipresente”, y haciendo “un ejercicio de imaginación, proyectando quién podría tener interés en mandar a matar a los reporteros”, todo ello en un país donde más del 99% de los crímenes quedan impunes.
Así, se concluye que se mata a los periodistas, generalmente ciudadanos respetados en su entorno y con capacidad de promover la participación social, “cuando toman postura frente a un hecho, cuestionan al poder de su localidad y su narrativa dominante en un momento en que el poder (político o criminal) está atravesando por un periodo de inestabilidad”.
La forma que tiene Ibarra Chaoul de acercarse a los casos demuestra su experiencia, ya que, entre otros aciertos, logra identificar que la causa principal de estos crímenes no es la búsqueda de la censura, sino el escarmiento como una forma que los homicidas utilizaron para demostrar su autoridad y dominancia. Asimismo, se resalta que la poca difusión de sus historias se debe a que casi todas ellos se trataban de periodistas locales que fueron ignorados por los grandes canales informativos: “Sabemos bien que la prensa sufre niveles estrepitosos de violencia, pero es muy raro conocer, de primera mano, el tipo de cobertura que los [occisos] realizaron”, y por la cual, casi con certeza, fueron asesinados.
El análisis de estos acontecimientos está acompañado por una diversidad de ensayos que abordan al periodismo desde diferentes perspectivas, como el papel que juegan los informadores, la inestabilidad presente en el ejercicio del poder y la relación comunidad-medios-autoridad.
Esta obra se suma a un importante esfuerzo por salvaguardar al gremio periodístico en uno de los países más peligrosos para su práctica. De igual manera, este libro funciona como un ejercicio de memoria para las víctimas y como un recordatorio de que, incluso ahora, tenemos que seguir luchando por las libertades de opinión y expresión.