La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) se ha destacado en los últimos años como la institución más avanzada en términos de tecnología y orden dentro del ámbito judicial en México.

Actualmente, la mayoría de los juicios de amparo, asuntos federales y otros procesos relacionados con la justicia federal son llevados a cabo de manera digital, lo que representa un avance significativo en el acceso y la administración de la justicia.

Esta digitalización ha acercado los tribunales a la sociedad, facilitando que las personas involucradas en procesos legales puedan realizar sus trámites sin necesidad de desplazarse físicamente a los juzgados, algo que antes parecía impensable.

Sin embargo, a pesar de estos avances, existe un problema fundamental que no ha sido resuelto y que dificulta enormemente la labor de los litigantes y las partes involucradas: la falta de un sistema digital unificado en todas las instancias del Poder Judicial Federal.

Actualmente, el manejo de los trámites judiciales es diferente según la instancia ante la que se presente, lo que provoca confusión y complica innecesariamente el acceso a la justicia.

No es lo mismo, presentar una demanda en materia electoral ante la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, que hacerlo ante un Juzgado de Distrito o ante la propia SCJN; cada órgano tiene su propia metodología y plataforma digital, lo que obliga a los usuarios a adaptarse constantemente.

La falta de homologación de los sistemas digitales genera un verdadero calvario para los litigantes, especialmente para aquellos que no tienen una relación directa con el uso de la tecnología.

No solo es necesario conocer las especificaciones de cada plataforma, sino que en muchos casos se requiere investigar cómo operar en cada una de ellas, lo cual consume tiempo y recursos que podrían destinarse a aspectos más sustanciales de los procesos judiciales.

La tecnología, que debería facilitar los trámites y acercar la justicia a la ciudadanía, en muchos casos se convierte en una barrera adicional.

La solución a este problema es clara: la SCJN debe liderar la homologación de los sistemas digitales en todo el Poder Judicial Federal.

Unificar los procedimientos y plataformas tecnológicas permitiría que los trámites judiciales se realicen de manera más sencilla, asequible y eficiente, independientemente de la instancia ante la que se presenten.

La Corte tiene todo lo necesario para lograrlo: una infraestructura tecnológica avanzada, un presupuesto considerable y un personal altamente capacitado.

Lo que hace falta es la voluntad para implementar esta transformación que beneficiaría enormemente a los litigantes y como consecuencia a los justiciables.

Un sistema unificado traería múltiples beneficios.

En primer lugar, aumentaría la eficiencia en la gestión de los casos, ya que todos los involucrados tendrían acceso a una misma plataforma con reglas claras y uniformes.

Esto reduciría los tiempos de respuesta y los costos operativos, tanto para los usuarios como para el propio sistema judicial.

Además, facilitaría el seguimiento de los casos, permitiendo una mayor transparencia y rendición de cuentas, elementos esenciales en un estado de derecho.

La homologación también tendría un impacto positivo en la democratización de la justicia.

Un sistema accesible y fácil de usar permitiría que más personas llevaran a cabo sus trámites legales sin problemas, ya que, cuando no se utiliza la tecnología, los justiciables deben hacerlo de forma tradicional, lo que implica llevar documentos físicamente hasta los tribunales.

Muchas veces, esto requiere trasladarse a otros estados de la República, lo cual, en nuestros tiempos, puede convertirse en una barrera tecnológica.

Tener acceso a la avanzada tecnología de la Suprema Corte, sin inconvenientes, no solo reduciría los costos para los justiciables, sino que también acercaría los tribunales a quienes más lo necesitan, especialmente a los sectores más vulnerables de la sociedad.

La SCJN tiene en sus manos la oportunidad de llevar a cabo una reforma tecnológica que realmente transforme el acceso a la justicia en México.

Es hora de que los esfuerzos de digitalización no se queden a medias y que todos los órganos del Poder Judicial Federal trabajen bajo un mismo sistema.

La unificación no solo haría más eficientes los procesos, sino que también fortalecería la confianza de la ciudadanía en sus instituciones, mostrando que la justicia puede y debe estar al alcance de todos.

Esta transformación no es solo una cuestión de modernización, sino un imperativo ético.

La tecnología debe ser una herramienta para acercar la justicia, no para alejarla.

Es responsabilidad de la SCJN y de todas las instancias judiciales asumir el compromiso de facilitar los trámites digitales y hacerlos accesibles para cualquier persona, independientemente de su conocimiento tecnológico.

No podemos permitir que la tecnología se convierta en una nueva forma de exclusión.

La justicia debe ser un derecho accesible y eficaz para todos.

La SCJN, con su capacidad y recursos, puede y debe liderar esta necesaria homologación.

Es momento de dejar de lado las barreras tecnológicas y avanzar hacia un sistema judicial que realmente responda a las necesidades de la sociedad.

La unificación de los sistemas digitales es el primer paso para hacer de la justicia un servicio verdaderamente democrático y al alcance de todos.

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