El ministro Arturo Zaldívar pasó de buscar extender su encargo como Presidente de la Corte a un retiro anticipado aduciendo que su ciclo ahí ha terminado. Esta renuncia fue sorpresiva y generó muchas preguntas de arranque. Dos horas después, las dudas quedaron aclaradas cuando Claudia Sheinbaum subió a redes una fotografía en la que aparece sentada junto con el aún ministro diciendo que van a trabajar juntos.
La foto fue publicada sin guardar las formas. Primero porque la renuncia no es Constitucional. El artículo 98, párrafo 3 al que aduce el aún Ministro en la carta que envió al presidente López Obrador y que subió a redes es claro: “Las renuncias de los ministros de la SCJN solamente procederá por CAUSAS GRAVES; serán sometidas al Ejecutivo y, si éste la acepta, las enviara para su aprobación al Senado".
Sin dejar correr el cauce legal, Zaldívar y Sheinbaum anunciaron que trabajarán juntos.
Decir que se cierra un ciclo puede ser una causa para renunciar de un trabajo o hasta para terminar una relación amorosa, pero no es una causa grave para dejar el encargo como Ministro de la Corte.
El 8 de octubre de 2019, el Senado aprobó la renuncia de Eduardo Medina Mora sin que éste explicara la causa grave que lo llevó a solicitar su salida anticipada de la Corte. Al parecer esto sentó un precedente para que ahora el ministro Zaldívar pueda hacer lo mismo, renunciar sin explicar cuál es la causa grave.
En el mensaje de renuncia y en la columna que publicó ayer en Milenio, el ministro Zaldívar dice que quiere impulsar un México más justo e igualitario y con dignidad. ¿Qué mejor lugar para hacerlo que desde la Suprema Corte de Justicia? Desde ahí pudo cuestionar Zaldívar la responsabilidad de las autoridades cuando ocurrió el incendio de la Guardería ABC en el sexenio de Felipe Calderón. También pudo, años más tarde, impulsar justicia para mujeres presas injustificadamente en Santa Martha Acatitla, entre ellas fue notable el caso de Alejandra Cuevas, quien estuvo presa más de quinientos días simplemente por el rencor personal del fiscal Gertz Manero. Zaldívar ayudó a que Cuevas saliera libre.
La fotografía junto con Claudia Sheinbaum indica que lo que sigue para Zaldívar es integrarse al equipo de campaña o futuro gabinete de la morenista. La duda es por qué no esperar a diciembre del año próximo que concluyera su encargo en la Corte.
Sabemos que los artículos 101 y 95 fracción VI de la Constitución establecen que un exministro está impedido de ser Fiscal General, secretario de Estado, gobernador, senador o diputado antes de dos años de concluir su función en la Corte.
A estas alturas la explicación de la renuncia de Zaldívar sería que comience desde ya a correr el reloj para que se cumplan estos dos años y en el 2025 pueda llegar a la Fiscalía General de la República.
Para el presidente López Obrador esta renuncia le abre la puerta a nombrar a un nuevo Ministro en la Corte que sea incondicional al estilo Yasmín Esquivel o Loretta Ortiz por un periodo de quince años. Sabemos que en el Senado se requiere el voto de dos terceras partes para su aprobación, pero si la oposición no da los votos suficientes, después del rechazo de dos ternas el Presidente puede nombrar a quien quiera de la segunda terna sin la aduana del Senado.
Por ahora en el Senado la oposición debería rechazar la renuncia anticipada del ministro Zaldívar y con ello impedir esta doble chuza del presidente López Obrador. El nombramiento de quien sustituya a Zaldívar debe recaer en quien suceda a AMLO en octubre del 2024. Pero desde ahora podemos anticipar que López Obrador podrá hacer el nombramiento de un quinto Ministro de la SCJN.