Evadir una pregunta de la prensa, equivale a esconder la cabeza en el piso, como las avestruces.

Que no se hable de algo no implica que no exista.

El expresidente Andrés Manuel López Obrador, cual resbaloso peje, evadía las preguntas cambiando el tema o acuñando expresiones que rápidamente se incorporaron al lenguaje popular.

Por ejemplo, “Lo que diga mi dedito”, “Detente”, “Me canso ganso”, “Prensa fifí”, “Machuchones” y “Yo tengo otros datos”, por citar sólo algunas.

Esta semana, la presidentA Sheinbaum evadió la pregunta del reportero Salvador Corona que, hay que decirlo, se la hizo de manera respetuosa y oportuna.

El planteamiento fue si no era casualidad que falleciera un marino presuntamente ligado con el tema del huachicol fiscal, en una práctica de tiro.

La presidentA respondió que no le parecía correcta la forma de preguntar. Y sentenció: “Ya no te voy a contestar”.

Mostró intolerancia y evadió una situación que ahí está, aunque no quiera hablar de ella.

En el ejercicio del poder, todos los mandatarios dicen cosas que los marcan de por vida. Recordamos:

“Nadie resiste un cañonazo de cincuenta mil pesos”, Álvaro Obregón

“Ni nos perjudica, ni nos beneficia, sino todo lo contrario", Luis Echeverría Álvarez.

“La moral es un árbol que da moras”, Gonzalo N. Santos.

“Defenderé el peso como un perro'”, José López Portillo.

“Un político pobre, es un pobre político”, Carlos Hank González.

“Ni los veo, ni los oigo”, Carlos Salinas de Gortari.

“Soy gobernador, no bombero”, Miguel Alemán cuando se quemó el mercado en Veracruz.

“No traigo ‘cash’", Ernesto Zedillo.

“¿Y yo por qué?”, Vicente Fox.

“Comes y te vas", Vicente Fox.

“Haiga sido como haiga sido”, Felipe Calderón.

“No soy la señora de la casa”, Enrique Peña Nieto, que no supo el precio del kilo de tortilla.

Debe ser terrible tratar de hacer un gobierno limpio y exitoso cargando en la espalda la incómoda losa de su antecesor, con quien no quiere romper ni distanciarse, porque sería como traicionarse a sí misma.

Pero son de tal tamaño las irregularidades que se dieron en el sexenio pasado, por omisión o comisión, que cada vez será más difícil ignorarlas.

Batear las preguntas de los reporteros que no son a modo ni gestores ni paleros, seguirá incomodando a la presidentA.

La realidad la rebasará por la izquierda, valga la ironía.

Monitor republicano

El lunes se desvelará el contenido de la arenga de la primera presidenta de México, ante un Zócalo seguramente lleno. Vale la pena recordar las primeras arengas de sus antecesores este siglo:

Fox, Calderón, y Peña Nieto prácticamente coincidieron:

"Mexicanos: ¡Vivan los héroes que nos dieron patria! ¡Viva Hidalgo! ¡Viva Morelos! ¡Viva Josefa Ortiz de Domínguez! ¡Viva Allende! ¡Vivan Aldama y Matamoros! ¡Viva nuestra independencia! ¡Viva México! ¡Viva México! ¡Viva México!".

López Obrador se descosió: “Mexicanas, mexicanos ¡Viva la independencia! ¡Viva Miguel Hidalgo y Costilla! ¡Viva José María Morelos y Pavón! ¡Viva Josefa Ortiz de Domínguez! ¡Viva Ignacio Allende! ¡Viva Leona Vicario! ¡Vivan las madres y los padres de nuestra patria! ¡Vivan los héroes anónimos! ¡Viva el heroico pueblo de México! ¡Vivan las comunidades indígenas! ¡Viva la libertad! ¡Viva la justicia! ¡Viva la democracia! ¡Viva nuestra soberanía! ¡Viva la fraternidad universal! ¡Viva la paz! ¡Viva la grandeza cultural de México! ¡Viva México! ¡Viva México! ¡Viva México!”.

Es previsible que la presidentA lanzará ¡Vivas! a las mujeres y también a los indígenas y pueblos originarios, aunque en el mensaje por su primer Informe de Gobierno, los arrumbaran en la última fila.

anarciae@gmail.com

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