Con mi solidaridad para EL UNIVERSAL y Héctor de Mauleón

En una época en que padecemos en todo el mundo los afanes dictatoriales de dictadorcitos, dictadorcillos, dictadorcetes, dictadorzotes, dictadorzuelos y dictadores a secas, ha sido refrescante la inteligencia y la dignidad con que en otras partes se han defendido de las intentonas de limitar la libertad de expresión.

Porque los sueños guajiros de amordazar libertades no son privativos de la vereda tropical.

Esta semana, en España, hubo una discusión en el marco de la Proposición de Reforma del Reglamento del Congreso, que debe regular la concesión y renovación de credenciales “de los representante gráficos y literarios de los distintos medios con objeto de que puedan acceder a los locales del recinto parlamentario que se les destine y a las sesiones a las que pueden asistir”, además de restringir en extremo el ejercicio periodístico.

Por supuesto, se proponen sanciones a quienes consideren que infringen sus expectativas.

En ese contexto, la diputada Cayetana Alvarez de Toledo, del Partido Popular, les puso una arrastrada a sus pares oficialistas y al gobierno español, incluido al presidente Sánchez, que no tiene parangón.

Con una certeza y un filo asombrosos, blandió su espada verbal y les recetó cosas como: “Desde el minuto uno, el gobierno activó una estrategia no solo para silenciar y demonizar a sus detractores como fascistas, sino para acusarles de hacer exactamente lo que practican, difundir bulos, falsedades y mentiras. Pues bien, esa estrategia yace hoy en ruinas. En cuanto la verdad asoma, (Pedro) Sánchez se hunde. El PSOE y sus socios quieren que la Mesa del Congreso decida quién es periodista y quien no. Pretenden crear un comité de diputados, un soviet camuflado, con capacidad para castigar y purgar a la prensa crítica, ni Trump en un frenesí autoritario (…) Su reforma resume hipocresía y mala fe (…) No se conviertan en un tribunal inquisidor con derecho a expedir carnets de buenos y malos periodistas. Es una involución inaceptable y un precedente diabólico (…) Este gobierno, sometido a un polígrafo, solo recogería condenas, en él todo es fake, salvo una cosa: su ansia de poder sin límites, sin frenos, sin escrúpulos. Ha mentido en todo y desde el primer minuto. La novedad letal para él y luminoso para el país es que ya nadie le cree. La verdad ha roto el cerco y lo ha roto porque la libertad, también la libertad de prensa se ha hecho valer”.

En momentos en que aquí vivimos nuestros propios asedios, en que se cometen abusos disfrazados de justicia, vaya que refresca y alienta recordar que con habilidad e inteligencia se puede dar la batalla y ganarla.

Los “valientes” duran hasta que los cobardes quieren.

Sería muy útil que quienes deben debatir en nuestro Congreso, lo hagan honestamente y con decencia.

Las rutinas carperas de ocasión, la estridencia y el show para los medios nada han aportado cuando se trata de defender nuestras libertades.

No estaría mal que hicieran a un lado la maroma y el circo y que se concentraran en ganar cada batalla porque, así como lo están haciendo, seguiremos perdiendo la guerra frente a un nuevo totalitarismo que enarbola la bandera de la justicia cuando en realidad parece buscar venganza.

Monitor republicano

Durante años escuchamos a López Obrador asegurar en la Mañanera que su gobierno había terminado con el huachicol.

En los primeros nueve meses del gobierno de la presidentA se han dado golpes espectaculares contra bandas huachicoleras, lo que necesariamente nos hace pensar que AMLO nos mintió.

La pregunta es: ¿le vieron la cara o él nos la vio a nosotros?

anarciae@gmail.com

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