A últimas fechas, cuando se habla de la Liga MX, invariablemente el eje de la conversación está relacionado con la baja asistencia a los estadios, como sinónimo de bajo nivel competitivo. Por supuesto, ese es uno de los factores, pero no el único.
Que paren el torneo para darle prioridad al aficionado de Estados Unidos es otro factor clave, desde mi punto de vista. Pero, para efectos de esta columna, hay que enfocarse en la falta de competitividad.
Y es que, derivado de esa ausencia de calidad, me surgió la siguiente duda: ¿Qué futbolista mexicano de los que juegan en nuestro torneo es el siguiente con destino europeo?
Ojo, la interrogante es tan amplia como el viejo continente y no se refiere, bajo ninguna circunstancia, a las Ligas de primer orden. Cualquier país europeo vale (sí, hasta Chipre).
Parece exageración, pero está tan flaca la caballada que soñar con equipos ingleses, españoles, italianos o alemanes parece una locura descomunal.
Utilicemos al América como primer ejemplo, por el simple hecho de ser bicampeón. De los defensas, Kevin Álvarez parecía tener con qué, pero hoy le cuesta afianzarse como titular con las Águilas y a la Selección la ve por la televisión; Ramón Juárez tiene condiciones, pero aún es un proyecto.
En mediocampo, tienen a cuatro mexicanos: Jonathan dos Santos (ya estuvo), José Iván Rodríguez (es suplente y ya tiene 28 años), Alan Cervantes (si aprieta el paso, podría ser) y Erick Sánchez (cada vez le hace más honor a su apodo). De los delanteros, Henry Martín tiene talento suficiente, pero la edad lo condena.
En el renglón de jóvenes con futuro, se encuentran Diego Lainez y Marcelo Flores; ambos, con mucho talento. Pero ambos también ya estuvieron del otro lado del charco y fallaron. Lainez no pudo en el Betis y tampoco en Portugal (y ahí puede la mayoría). Flores se formó en el Arsenal, club que se caracteriza por darle oportunidad a los chavos, y no pudo debutar en la Premier. Después fue al Real Oviedo de la Segunda División de España y no pudo afianzarse. Pero tiene 21 años y algún día podría volver a Europa.
En el grupo de los talentosos están Roberto Alvarado y Sebastián Córdova. Al de las Chivas le sobran condiciones para ir a jugar a una Liga como la neerlandesa, por ejemplo, pero el barreno que lanzó en la sala de conferencias le dio la vuelta al mundo, y allá —antes de realizar una inversión— se fijan en todos los detalles. El chistecito le saldrá carísimo, me parece. Por su parte, Córdova da la impresión de que juega sólo cuando trae ganas y su intermitencia lo condena.
Son sólo unos pocos ejemplos, pero les apuesto que así, de una, difícilmente encontrarán quién sí sería un nombre fijo en la lista de prospectos europeos.