Es absolutamente ilógico que un país como Uruguay, con poco menos de tres millones y medio de habitantes, tenga a más futbolistas en la élite mundial que nosotros.¿De verdad es imposible, en un país con más de 120 millones de personas, pueda sacar a, digamos, 10 jugadores capaces de formar parte de los mejores clubes del planeta?
Tampoco es que el mexicano esté genéticamente impedido para jugar bien al futbol. Para acabarla de fregar, si comparamos el profesionalismo y la infraestructura del balompié charrúa y del nuestro también tenemos todo a favor. La realidad es que aquí talento y calidad hay, pero con eso no alcanza para trascender en el concierto internacional. No faltará quien diga que Uruguay tampoco pasó la fase de grupos en Qatar y eso es verdad, pero también lo es que en 2010 fueron semifinalistas.
Por ahora centrémonos en lo individual. Los invito a pensar, así de bote pronto, en los tres futbolistas más talentosos de la actualidad en nuestro país. Ahora hay que revisar en qué clubes juegan y qué le han dado a la Selección (fuera de la Concacaf, obviamente). Firmo ante notario que ninguna de sus respuestas da como para aventar manteca al techo.
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Ya establecimos que hay talento y calidad en nuestra patria… entonces, ¿qué carambas falta? Tristemente, en muchos casos la respuesta es simple: mentalidad. Va un ejemplo, Kylian Mbappé perdió la final del Mundial y de inmediato se reportó con el PSG y declaró que el fracaso en Qatar no tenía por qué afectar el día a día de su club.
Sí, leyeron bien, dijo FRACASO. Tiene 24 años, ha jugado dos Mundiales, en ambos llegó a la final y caer en penaltis ante Argentina para él es lo mismo que nada.
Antes de que Mbappé tachara de fiasco ser el segundo mejor equipo del planeta, nuestra Selección fracasó como no lo había hecho en medio siglo. Nuestros futbolistas al día siguiente presumían sus paseos en Instagram y Luis Chávez se subió al coche con el Escorpión Dorado. No digo que los jugadores deban encerrarse ni mucho menos, pero más de 15 minutos de tristeza sí ameritaba lo sucedido.
Hugo Sánchez y Rafa Márquez son la muestra de que el mexicano puede jugar en el máximo nivel. ¿Cuál es la diferencia entre ellos y el resto? Que ambos explotaron su talento superlativamente con una simple fórmula: trabajo, trabajo, trabajo.
ADENDUM. Knut me preguntó cuándo vuelve el descenso en México y si quitarán el repechaje. Le dije que eso nos preguntamos muchos.