Ya son tres victorias consecutivas. El equipo se nota sólido y, todo parece indicar, la etapa complicada del torneo ha quedado atrás. Por los rivales que le quedan y la diferencia de puntos sobre sus perseguidores es (casi) imposible que no los veamos en la fase final.
El futbol es tan extraño que todo ese buen momento sucedió en medio de un mar de bajas y ausencias que, paradójicamente, le terminaron de dar forma al cuadro titular.
La paciencia y entender la situación del equipo han sido claves. No siempre se puede jugar como se quiere. Es más, tal vez es mayor el porcentaje de ocasiones en las que se juega a lo que se puede o como se debe para obtener los resultados. Y es que el profesionalismo es muy necio y, sin triunfos, la estética importa poco (nada, más bien).
Por momentos, hay que jugar para sobrevivir y, cuando se puede, sí buscar las formas que agraden al fanático.
Ahora, dicho todo esto, llega la pregunta del millón: ¿Son candidatos al título?
La respuesta, así —sin pensarlo mucho—, es un rotundo no.
Pensar que el Guadalajara está para competirle a los de arriba, sería una locura.
¿O pensaban que me refería a la racha de triunfos del América? Es verdad que ambos momentos, descritos a brocha gorda, parecen idénticos.
Los dos acumulan tres victorias. A las Águilas, nadie las bajará de Liguilla directa, mientras que al Rebaño sólo una hecatombe podría dejarlo sin Play-In. Pero a cada victoria, hay que darle concepto.
El América es segundo de la tabla y candidato a ser campeón. Chivas está en noveno y sus tres triunfos fueron ante el Necaxa, el Puebla y los Pumas. Los dos primeros son los peores del certamen y los universitarios... Pues son los pobres Pumas.
Gabriel Milito está consiguiendo los resultados que, por obligación, debía obtener.
Los rojiblancos, hoy se encuentran lejos de estar a la altura de su historia, y por eso se han convertido en una escuadra que le compite a los clubes medianos y chicos.
Con los verdaderos aspirantes a coronarse, salvo el triunfo ante el América, no han estado a la altura.
Pero calma, Roma no se construyó en un día y hoy, quizá suene a consuelo, con los jóvenes como bandera, podría haber un buen futuro. Aunque no inmediato.
Llegó el momento de que en las oficinas del club entiendan que la historia es eso y que hoy tienen que apostar a solidificar un proyecto que los saque del marasmo en el mediano plazo.
Adendum. “La próxima jornada veremos para qué está tu América”. Eso me escribió Knut, quien no ha entendido que lo que importa es la Liguilla.
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