José Manuel Romero “Chema”, era un joven de los que podemos llamar “nativos digitales”. Él, junto con otros amigos, que también nacieron en el mundo de las telecomunicaciones, de los smartphones, de los videojuegos, de las redes sociales, decidió ir a festejar su cumpleaños 19 en las trajineras de Xochimilco. Todo transcurría en la normalidad de su juventud. Se divertían y grababan o grababan y se divertían, para ser más precisos en el orden de cómo hoy ocurren las cosas. Pero de pronto, Chema que hacía un pase arriesgado de trajinera a trajinera, salió de cuadro. Cayó al canal fangoso, del cual no salió vivo. Porque existe la grabación nos enteramos que el accidente primero paralizó a sus amigos. No supieron reaccionar. Después, intentaron en vano prestarle ayuda.
Las primeras reacciones ante este hecho versaron sobre la indignación. Desde la posibilidad de la reflexión que ofrece el juicio de los hechos pasados, se dijo que los jóvenes prefirieron seguir grabando antes de ofrecer una mano a su amigo en problemas. Pero el asunto quizá no sea tan sencillo como parece a la hoguera de los medios sociales digitales, que ante este hecho reaccionaron generando un impacto muy alto, que se refleja de la siguiente manera: interacciones 28.3 millones, reacciones: 3, 158,942, comentarios: 65, 780, compartidos: 6, 357, 851 y reproducciones: 18, 451, 204.
Desde las primeras horas del 2 de septiembre, luego de algunas horas del incidente se comenzaron a colocar diversas tendencias y hashtag en donde se comentaba e informaba la nota. #Xochimilco tuvo un alcance de 87 millones, Xochimilco Ahogado de 97 millones y Puebla de 43 millones.
La conversación estuvo muy dividida en varias líneas de comunicación: el 28% de la audiencia critica que los acompañantes del chico no hayan intervenido para sacarlo del agua, aseguran que es lamentable que sólo se hayan quedado mirando; el 23% critica que los trajineros no tengan la capacidad de auxiliar a alguien que cae, por otro lado afirman que debería haber otras medidas de seguridad como los chalecos salvavidas; el 21% lamenta que durante su funeral del chico, no hayan estado sus supuestos amigos, por lo que generó miles de críticas al respecto. Envían condolencias a sus familiares y pronta resignación. El 17% asegura que las autoridades saben que a esos lugares los jóvenes van a divertirse y que la venta de alcohol deja ganancias millonarias, así que no harán nada al respecto. Mientras el 11% afirma que las medidas anunciadas por el Gobierno, serán aplicadas al momento, pero en unos meses seguirá todo igual, hasta que suceda otra tragedia igual.
Por lo que respecta a la interacción se detectó que el 32% se generó en Twitter, el 21% en portales web, el 19% en YouTube, el 14% en Facebook, el 8% en Instagram y el 6% en blogs. Mientras que en la conversación Facebook lideró con el 31%, seguido de YouTube con el 23% los portales web 19%, Twitter 17% y los blogs e Instagram cada uno 5%.
Por medio de la tecnología podemos ver grandes accidentes, incidentes, atentados en tiempo real. Pero los juicios sobre cómo actuar se realizan sobre los supuestos, de lo que la gente podría o no haber hecho antes de grabar o transmitir el acontecimiento. Quizá criticar a quien sigue grabando estupefacto y tarda unos segundos en reaccionar sobre la magnitud de lo que su teléfono transmite, es una postura sencilla de asumir, diría el clásico ¿ustedes que hubieran hecho…? Pero además, cualquiera que sea la pregunta cabría una más ¿de verdad hubieran hecho eso que dicen que harían?