Podríamos decir que el conflicto y las amenazas forman parte de la génesis de las aplicaciones de movilidad. En 2003 la Seamless Wheels -al antecedente de Uber- nació para ampliar sus servicios de comida a los bufetes de abogados a limusinas en New York. Pero el dueño de esta “startup” recibió llamadas telefónicas que le invitaban a no buscar nuevos horizontes de negocios y mejor cuidar de su familia. Alguien le dijo que la mafia rusa estaba detrás de esas advertencias.
Los diez años de la historia de Uber no están exentos de estos problemas. Esta y todas las apps de movilidad se han tenido que enfrentar a mayor o menor medida, en casi todas las ciudades del mundo en donde operan, a las resistencias de los grupos que justamente crearon, sin darse cuenta, la necesidad de contar con servicios de transportes en donde lo importante fuera el usuario y la experiencia de este en su viaje.
La semana anterior la Ciudad de México vivió un caos cuando los taxistas bloquearon Santa Fe, Puerta Santa Fe, la carretera México-Toluca, Reforma, el Centro de la CDMX y la Terminal 1 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Los bloqueos duraron poco más de 10 horas y la principal demanda era que se regulara a las apps de transporte privado, porque les afecta su negocio.
A lo largo del día se pudieron colocar diversas tendencias y hashtag en las redes sociales. Santa Fe tuvo un alcance de 57.2 millones, el #taxistas logró un alcance de 97.4 millones, Segob un alcance de 21 millones, Uber 59.7 millones de alcance, AICM 87 millones de alcance, Didi y Cabify 44.8 millones. En general el tema tuvo un alcance de 101.4 millones, con 8.9 millones de interacciones, 69,524 reacciones, 21, 784 comentarios, 87, 367 compartidos y 8,789, 219 de reproducciones del material multimedia subido a internet.
La tendencia se dividió en dos, la primera para los Taxistas y su movimiento que logró un negativo en la conversación del 62%.
Con el 62% la tendencia es NEGATIVA, en ella se encontró que la audiencia ataca a los taxistas, los insulta y afirman que ellos mismos se han encargado de crear miedo en la sociedad. Se queja de los malos usos en sus unidades, como secuestros, violaciones, extorsiones. Los acusan de rateros al adulterar sus taxímetros. Afirman que su servicio es de pésima calidad y las unidades se encuentran en malas condiciones. El 21% de la conversación logró términos positivos para los taxistas y su movimiento. Los usuarios englobados en este porcentaje, pidieron no generalizar y aseguran que hay taxistas honrados que salen a trabajar todos los días. Incluso contaron historias de taxistas ejemplares. Se solidarizaron porque, dicen, las plataformas digitales no pagan todo lo que paga un dueño de una concesión de taxi. El 17% restante de la tendencia fue neutra, y en ella se engloban mensajes como a que todos los problemas con los taxistas se deben a la corrupción en las Instituciones de Gobierno. Además, derivado de estos problemas de movilidad, la audiencia espera que las empresas se planteen el Home Office para sus empleados, ya que en la CDMX seguido hay bloqueos que afectan a los trabajadores.
La segunda tendencia se detectó para la jefa de Gobierno y las autoridades involucradas. Con el 59% la tendencia en negativos, en ella se encontró que la audiencia denota molestia y llama incompetente a la Jefa de Gobierno. La tacha de mentirosa y afirman que no ha cumplido nada de lo prometido en campaña, para terminar con la corrupción en Instituciones de Movilidad. Se burlan de su gobierno, comentan que pasará a la historia como el peor. Y hasta solicitaron su renuncia. El 30% de la tendencia fue neutra, y en ella se encuentran líneas de conversación sobre la responsabilidad de gobiernos pasados en los problemas actuales y el apoyo a las plataformas digitales. En tanto que el 11% de la tendencia fue positiva para las autoridades capitalinas, y lo mismo aplaudieron la digitalización del proceso del pago de revista para combatir la corrupción, que confiaron en que la jefa de gobierno pronto de resultados.
Para bien y para mal las aplicaciones de movilidad -y de cualquier otro servicio- llegaron para quedarse. No se trata de iniciar una guerra contra ellas y lo que hay detrás, tecnológicamente hablando, para preservar el estado actual de las cosas. Si entendemos bien las lecciones, debemos saber que estamos en un tiempo de oportunidad, en donde las autoridades y los propios prestadores de servicios más que reactivos deberían ser proactivas. Debemos entender que si no hacemos las cosas diferentes el futuro ya nos rebasó.