Del #SábadoDeCuarentena al #BastaDeCuarentena apenas transcurrieron unas horas. Los tuiteros estaban compartiendo cuáles eran sus actividades en el noveno sábado del confinamiento a la mexicana, cuando la narrativa en los medios sociales digitales cambió.
De pronto los usuarios comenzaron a demandar levantar la cuarentena, justo después de la semana en la que más muertes por contagio de Coronavirus reportó el gobierno federal. Ante la falta de certeza que hay en el número reportado de contagiados y muertos, y con el bajo número de pruebas que se aplican en el país, la petición de levantar las restricciones parece un acto suicida.
Aquí hemos analizado cómo fue la propia sociedad la que pidió confinarse. Recordemos que mientras se anunciaba la cercanía del virus y la confirmación del primer caso, en los medios sociales digitales comenzó la presión, se exigía al gobierno el cierre de fronteras y de actividades no esenciales. Pero el presidente Andrés Manuel López Obrador pregonaba que no pasaba nada, que siguiéramos abrazándonos, que siguiéramos saliendo a comer en las fondas de la colonia. Entonces sí hubo confinamiento en este país no obedeció a los tiempos de la Jornada Nacional de la Sana Distancia, parecería curioso entonces que hoy sea la sociedad la que demande el regreso a la normalidad. Ante la comunicación compleja y los discursos atenuados de la autoridad, hoy el miedo parece diluirse entre la desinformación.
Este lunes nuevamente Ricardo Salinas Pliego, quien se negó a cerrar sus tiendas con actividades no esenciales a riesgo de que el número de contagios sea mayor, volvió a la arena digital. Escribió en su cuenta de Twitter @RicardoBSalinas “Dado que el virus no se va a extinguir por sí solo y que seguirá expandiendo su presencia en tanto haya seres humanos que lo reciban y por lo tanto se multiplique...
El hashtag basta de cuarentena alcanzó 27 millones de impactos, fue un tema que se generó en Argentina, pero logró eco en México. Mientras que el de Ricardo Salinas y sus empresas Elektra y Banco Azteca, lograron en medio día 144 millones. Los usuarios de los medios sociales digitales pidieron al magnate mexicano, en un 23% dejar de hablar de la epidemia y pagar el adeudo que tiene con el SAT; el 21% impulsó un boicot contra las empresas de Grupo Salinas. El 16% le insultó y le pidió al presidente Obrador que tome cartas en el asunto. El 14% espera que Ricardo Salinas se contagie de Covid-19 para comprobar su teoría y el 18% le dieron la razón, justificados en la idea de que es urgente reactivar la economía.
Ahora, con los ataques contra Salinas Pliego y su postura como empresario y quizá hasta como persona, no hay que olvidar que no todo lo que pasa en la red tiene un desarrollo netamente orgánico. También se impulsan ciertas líneas discursivas con fines específicos. El caso @SENER_mx nos lo demuestra.
El responsable de la cuenta de la dependencia oficial, “se olvidó” que tenía habilitado el perfil oficial y no el propio. Por eso escribió: “…ataques a AMLO, Nahle y Alcalde son de bestias heridas de muerte”. Luego la secretaria Nahle ofreció “una disculpa pública, debido a que la cuenta oficial de Twitter de @SENER_mx se usó inapropiadamente.”
El 31% de la audiencia dijo que lo que se está usando indebidamente no es la cuenta de Twitter, es toda la secretaría; el 26% pidió la renuncia de la secretaria y la de todo el gabinete, como pasaba anteriormente. El 19% hizo hincapié en el hecho que este desliz demuestra cómo se usan a las secretarías de Estado para polarizar. Y el 15% apoyó a la secretaria.
Si la sociedad lo determina puede decretar el fin de la cuarentena en cualquier momento, eso lo hemos visto con las fiestas y los paseos que están pululando y que son documentados por cuentas dedicadas a cazar a quienes incumplen con las medidas de distanciamiento social.
Pero lo que no se ve que llegue a su fin es la polarización de esa misma sociedad, que ha sido marcada muy claramente en dos bandos, los autodenominados transformadores y todos los demás, a los que sin pensar se les ha dado la etiqueta de conservadores.