Andrés Manuel López Obrador decía que solo en la pobreza era posible ser feliz y llamaba a la gente a vivir solo con lo necesario: un par de zapatos, la ropa indispensable y un vehículo modesto. Al denunciar al neoliberalismo como un modelo de derroche, censuraba a quienes intentaban mejorar las condiciones de vida de sus familias, los llamaba “aspiracionistas”; la traducción de todo esto entrañaba convertir al conformismo en filosofía de vida.
Aunque forma parte de la indefendible clase política morenista, Clara Brugada no es un invento como tantos otros de Morena, ni una arribista de la última hora, por el contrario, tiene una larga trayectoria en la lucha social desde los barrios y un liderazgo comunitario real.
Como candidata a jefa de Gobierno dijo que aspiraba a convertir a la Ciudad de México en una ciudad de clases medias, es decir, en vez de igualar hacia abajo, igualar hacia arriba, y cuando hoy dice que el mejor programa social es un empleo, muestra una visión progresista, lejana al asistencialismo.
En su balance de los primeros cien días, Brugada anuncia la creación de un gabinete enfocado a la búsqueda de personas, esta decisión y sus reuniones con familiares y colectivos de personas desaparecidas constituyen señales alentadoras, también lo son la relación respetuosa con las autoridades de las alcaldías independientemente de su filiación política y su llamado a cogobernar juntos esta gran ciudad.
“Se acabó la ciudad centralista”, dice la jefa de Gobierno y habla de gobernar desde el territorio, no desde el escritorio y de cerrar las brechas de desigualdad económica, territorial y de género para que las zonas periféricas dejen de estar en el olvido y den un salto a la movilidad, salud, agua potable, seguridad y servicios públicos; en esa dirección se inscribe la creación de las Casas de Gobierno en las alcaldías donde estarán todos los servicios y equipo de trabajo para responder a las demandas ciudadanas, lo que acercará al gobierno a los distintos espacios de la ciudad.
Brugada anuncia, también, la construcción durante su mandato de 100 Utopías que tendrán servicios deportivos, actividades artísticas y culturales, acciones educativas, de bienestar y servicios de cuidados, convertir a las escuelas en el corazón y el centro de las comunidades brindando actividades deportivas, artísticas, culturales y clases de idiomas a niñas y niños.
Para atender el gran reto del agua propone desarrollar un programa hídrico que le dé atención inmediata a las necesidades de los habitantes y futuro a esta ciudad. Ofrece también rehabilitar los 400 Módulos de Seguridad que están abandonados y ya constituyó la nueva Agencia de Atracción de Inversiones.
Clara Brugada se propone hacer de la Ciudad de México una ciudad más moderna, más conectada y con la mejor tecnología para la atención de los servicios; una ciudad del conocimiento y con la cultura extendida en todas las partes, en síntesis: el lugar de todas y todos los mexicanos, ciudad refugio, ciudad segura y con prosperidad compartida. ¿La Gran Utopía?
@alfonsozarate